Uso del Tiempo de los Adolescentes durante la Pandemia en México: Una Mirada Inicial

Por Dra. Susan W. Parker[1]

 

Varios estudios han comenzado a estimar los impactos negativos que la pandemia de Covid19 y los cierres de escuelas resultantes probablemente tendrán en los niños alrededor del mundo. Azevedo et al (2020) presentan los resultados de simulaciones considerando diferentes duraciones del cierre escolar (3, 5 y 7 meses), sugiriendo que la etapa inicial de la pandemia podría traducirse en una pérdida de entre 0,3 y 0,9 años de escolaridad. Psacharopoulos et al (2020) estiman pérdidas de hasta $US10 billones en futuras reducciones de ingresos como resultado de los cierres de las escuelas hoy. CEPAL (2020), por otro lado, sugiere que la pandemia podría aumentar el trabajo infantil, mientras que Burzynska y Contreras (2020) destacan el riesgo potencial de que las niñas realicen tareas domésticas adicionales, incrementando así la probabilidad de abandonar la escuela de forma permanente.

En México, las escuelas han estado cerradas desde marzo de 2020 con el aprendizaje a distancia llevándose a cabo a través del programa Aprende en Casa que brinda clases a través de Internet y televisión. Realizamos un análisis inicial del efecto de estos cierres en el uso del tiempo de los adolescentes (Boruchowicz, Parker y Robbins 2020), utilizando la Encuesta Nacional de Ocupación (ENOE) del 2019 y 2020 y la Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo[2] (ETOE) levantada en abril y mayo de 2020. Restringimos nuestro análisis a aquellos adolescentes entre 12 y 18 años, y medimos el tiempo dedicado la semana anterior a la encuesta a tres actividades: los estudios, el trabajo fuera del hogar y el trabajo doméstico[3].

La Figura 1 muestra una notable caída en el promedio de horas dedicadas a estudiar[4] en mayo de 2020 comparado con antes de la aparición del Covid19. Las reducciones son similares para mujeres y hombres e implican una caída de cerca del 30% en el tiempo dedicado a los estudios comparado con antes de la pandemia (de aproximadamente 25 horas por semana a alrededor de 18 horas semanales).

Si bien la educación y el trabajo fuera del hogar son frecuentemente actividades sustitutas, las horas dedicadas al trabajo fuera del hogar disminuyen sustancialmente con el comienzo de la pandemia, principalmente para los varones (Figura 1). El promedio de horas semanales dedicadas al trabajo disminuye de 7.2 horas a 4.2, lo que refleja tanto una menor probabilidad de trabajar fuera del hogar como una reducción en las horas trabajadas para quienes lo hacen. Estas reducciones probablemente son reflejo de las altas tasas de desempleo que se observan post pandemia. Con respecto al tiempo dedicado al trabajo doméstico, se observan pocos cambios significativos.

Las reducciones en las horas dedicadas al estudio, aunque importantes en zonas urbanas, son mucho mayores en zonas rurales. Se ve una reducción superior al 35% en horas dedicadas al estudio allí, mientras que en las zonas urbanas la reducción es ligeramente inferior al 25% (Figura 2). Ya antes de la pandemia los adolescentes rurales dedicaban en promedio menos tiempo a los estudios que aquellos en zonas urbanas, pero la pandemia ha ampliado sustancialmente esta diferencia. Se ven pequeñas reducciones en el trabajo fuera del hogar y pequeños aumentos en el trabajo dentro del hogar tanto en áreas urbanas como rurales.

Una pregunta final es cómo estos efectos varían según la edad. Los resultados (Tabla 1) muestran reducciones mucho mayores en las horas dedicadas al estudio para los jóvenes de 12 a 14 años en comparación con los de 15 a 18, implicando mayores efectos de la pandemia para alumnos en la secundaria versus el nivel medio superior. Con respecto al trabajo fuera del hogar, las reducciones están concentradas en hombres de 15 a 18 años, sin cambios significativos en otros grupos.

En resumen, podemos ver que el mayor impacto inicial de la pandemia con respecto al uso del tiempo de los adolescentes es en los estudios. Si bien la reducción que se observa es similar para hombres y mujeres, es sustancialmente mayor para los adolescentes rurales que para los urbanos y para aquellos en la secundaria respecto al nivel medio superior. Estos resultados podrían sugerir que los adolescentes más jóvenes y los que viven en zonas rurales tienen una mayor probabilidad de ser los más afectados en términos de su aprendizaje por el cierre de escuelas producto de la pandemia.

Por supuesto estos resultados proporcionan sólo un indicador inicial y no dan información sobre el tipo de actividades que realizan los adolescentes o la calidad del tiempo dedicado al estudio. Se necesitan más datos para entender en profundidad el tiempo que los adolescentes dedican a los estudios, las actividades que realizan y cómo se verá afectado su aprendizaje tanto en general como en diferentes áreas y materias.

El nuevo año escolar ha comenzado en México con las escuelas cerradas y actualmente hay poca información disponible sobre los indicadores básicos, como el número y la proporción de niños que están matriculados en la escuela por grado, nivel y región. Antes del comienzo del año escolar 2020-2021, la Secretaria de Educación Publica sugirió una cifra de deserción escolar en educación básica del 10%. Si bien esto ya es una cifra alarmante, algunos datos cualitativos sugieren que el nivel de abandono puede ser aún mucho mayor (Gomez Tagle 2020). La literatura internacional nos enseña que, aunque los shocks sean temporales, una vez que un niño abandona la escuela es muy probable que este abandono sea permanente.[5] Se necesitan con urgencia datos a nivel nacional para comprender el estado de la matrícula y el aprendizaje en el año escolar 2020-2021 en México y se necesitan con urgencia estrategias de políticas integrales para reducir los posibles efectos negativos de largo plazo, en particular para las poblaciones más vulnerables (Heredia, 2020).

 

Referencias:

Azevedo, Joao Pedro; Hasan, Amer; Goldemberg, Diana; Iqbal, Syedah Aroob; Geven, Koen. 2020. Simulating the Potential Impacts of COVID-19 School Closures on Schooling and Learning Outcomes : A Set of Global Estimates. Policy Research Working Paper;No. 9284. World Bank, Washington, DC. © World Bank. https://openknowledge.worldbank.org/handle/10986/33945 License: CC BY 3.0 IGO.”

Bandiera, Oriana, Niklas Buehren, Markus Goldstein, Imran Rasul, and Andrea Smurra. 2019. “The economic lives of young women in the time of Ebola: lessons from an empowerment program”. Policy Research Working Paper 8760 The World Bank.

Boruchowicz, C. Parker, S. & Robbins, L. 2020.  Schooling and work of youth during a Pandemic:  Evidence from Mexico. Mimeo.

Burzynska, K. and Contreras, G., 2020. Gendered effects of school closures during the COVID-19 pandemic. The Lancet395(10242), p.1968.

CEPAL. 2020. La pandemia por COVID-19 podría incrementar el trabajo infantil en América Latina y el Caribe. OIT & CEPAL. https://www.cepal.org/es/publicaciones/45679-la-pandemia-la-covid-19-podria-incrementar-trabajo-infantil-america-latina

Gomez Tagle Mondragon, Maria Elena. “Tiempo de prioridades” en Nexos, Septiembre 9, 2020

Heredia, Blanca.  ¿Cómo evitar que la escuela a distancia sea un desastre (total)? 8-12-2020 El Financiero.

Psacharopoulos G, Victoria Collis, Harry A. Patrinos, Vegas E. Lost Wages: The

COVID-19 Cost of School Closures. 2020.

Selbervik Hilde. 2020. Impacts of school closures on children in developing countries: Can we learn something from the past? Gom CMI Brief.

Székely Miguel, Ivonne Acevedo e Iván Flores, “Efectos educativos del COVID-19 en México” Centro de Estudios Educativos y Sociales (CEES), Mayo 2020.

 

 

Tabla 1: Uso del tiempo de los adolescentes por género
Horas a la semana
Abril – Junio 2019 Mayo 2020
  Años 12- 14 Años 15 –  18 Años 12- 14 Años 15 –  18
  Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres
Estudios 29.9 (15.7) 29.2 (15.8) 23.6 (19.8) 21.8 (19.6) 18.1 (12.8) 17.8 (9.8) 17.5 (15.4) 16.8 (13.6)
Quehaceres domésticos 7.0 (6.6) 4.2 (4.7) 12.5 (13.2) 4.6 (5.8) 7.0 (6.6) 5.0 (3.9) 11.9 (15.1) 5.4 (6.6)
Trabajo fuera del hogar .7 (4.7) 2.3 (8.9) 4.8 (13.3) 12.1 (20.1) .8  (4.9) 2.0 (7.7) 4.3 (14.4) 6.3 (15.5)
*Desviaciones estándar entre paréntesis

 

 

 

[1] Profesora en la Escuela de Políticas Publicas de la Universidad de Maryland y profesora afiliada a la División de Economía, CIDE.

[2] Tanto la ENOE y la ETOE son encuestas representativas al nivel nacional e incluyen un breve módulo sobre uso del tiempo para las personas de 12 años o más. En abril de 2020, se suspendió la recolección de datos a través de entrevistas presenciales y el INEGI entonces desarrolló la ETOE, una encuesta telefónica diseñada para continuar monitoreando los datos de empleo durante la pandemia. La ETOE reemplazó temporalmente a la ENOE para abril, mayo y junio de 2020. Si bien la ETOE es una muestra más pequeña que la ENOE, los datos nos permiten estudiar a grandes rasgos lo que sucedió a nivel nacional con el uso de tiempo antes y después del inicio de la pandemia.

[3] El trabajo doméstico como lo definimos incluye las siguientes actividades a) tiempo dedicado a realizar los quehaceres de su hogar (lavar, planchar, preparar y servir alimentos, barrer) y 2) tiempo dedicado a cuidar o atender sin pago, de manera exclusiva a niños, ancianos, enfermos o discapacitados.

[4] La pregunta exacta es “Durante la semana pasada ¿cuánto tiempo dedicó a estudiar o tomar cursos de capacitación?”  Consideramos sin embargo que la proporción de tiempo dedicado a cursos de capacitación será reducida para la población que estudiamos.

[5] Por ejemplo, Bandiera et al. (2020) destaca que después de la crisis del Ébola en Sierra Leona, el 16% de las adolescentes de 12 a 17 años no regresaron a la escuela cuando reabrieron.