Midiendo las ganancias en bienestar por la salud, por Jose Gabriel Martinez Gonzalez

Las ganancias en bienestar por actividades no registradas en el mercado se han hecho más importantes por los incrementos en longevidad, la menor discapacidad y el aumento del ocio. La valoración del bienestar se hace convencionalmente con base en el PIB por habitante de los países. Es evidente que la producción y el consumo fuera del mercado tienen un valor, pero no se han desarrollado métodos comúnmente aceptados para medirlos. Al no haber precios de esas actividades la valuación se tiene que hacer de forma indirecta.

El concepto de valor de la vida estadística, que perfeccionaron teóricamente Thaler y Rosen, sirve para valorar la totalidad del tiempo de las personas. En combinación con grandes bases de datos que están surgiendo para medir la salud se puede convertirse en el método comúnmente aceptado para valorar el bienestar en forma complementaria al PIB. Posiblemente la información más importante y la que con mayor facilidad se puede sistematizar para fines económicos es la relativa a la salud.

Para ilustrar la importancia de estas ganancias, la gráfica siguiente muestra la esperanza de vida en algunos países del norte y del sur de América. En ambos hemisferios hay una convergencia importante. Bolivia y Guatemala representan al a población de menores ingresos, y si bien aún hay un retraso importante, la brecha se ha cerrado en términos porcentuales y relativos.

El valor de la vida estadística depende críticamente del tiempo de vida y de la valuación que den las personas a ese tiempo.A� Un cálculo del VVE remanente a cada edad está en la siguiente gráfica, para México en 2010. Los valores son más altos que los de otros investigadores principalmente por la valoración del tiempo de no-trabajo (que en economía se llama convencionalmente ocio). Por ejemplo, el artículo clásico de Murphy y Topel usa un año de 2000 horas (aproximadamente las que tiene un año normal de trabajo). Esta literatura usualmente supone que el tiempo se puede valorar en el salario, pero la valoración de la «producción doméstica» no se ha introducido (otro Rosen, Harvey, desarrolló la literatura sobre la economía doméstica). Evidentemente, tenemos el problema de valorar el tiempo de ocio, incluyendo el de quienes no están en el mercado de trabajo. Para dar una idea, mi cálculo es de aproximadamente doble del que se obtiene con los supuestos usuales en la literatura, principalmente por dar mayor valor al ocio (que incluye la niñez y el tiempo de retiro).

Otra innovación es incorporar el costo de la enfermedad y discapacidad, lo que puede hacerse usando la base del Instituto de Métricas de Salud (IHME). Por ejemplo, las siguientes gráficas muestran cálculos relativos a diabetes e hipertensión para la población de México en 2010. Se miden ganancias en VVE bajo dos escenarios: disminuir 10% la prevalencia y alcanzar la prevalencia de países de altos ingresos. El eje vertical se mide en millones de pesos. Por ejemplo, para la población de entre 20 y 60 años la ganancia de disminuir 10% la prevalencia de diabetes está arriba de 30,000 millones para cada cohorte (esto es unos 2,300 millones de dólares). Estas cohortes tienen entre 1.1 y 2.1 millones de personas (las más viejas y las más jóvenes, respectivamente). Por ejemplo, para la cohorte de 44 años, la ganancia sería de 46,455 millones de pesos, y como vivían 1.343 millones de persona de esa edad, la ganancia por persona sería de 34,590 pesos. El salario promedio de cotización a la seguridad social estaba en torno a 89 mil pesos anuales, de manera que la ganancia es un 38% del salario promedio en un año (notar que comparamos un valor presente para el resto de la vida con un flujo de salario en un año). La diabetes es posiblemente la enfermedad asociada a las mayores ganancias potenciales en tiempo y calidad de vida en la mayor parte de los países. Las ganancias por disminuir la hipertensión son menos de la mitad.

Hasta ahora, las mediciones de VVE han sido algo artesanales, pues se hacen para países y periodos específicos y se calibran los modelos para dar valores considerados razonables (por ejemplo, los cálculos son sensibles a la elasticidad inter-temporal de sustitución). Con las nuevas bases de datos de trabajo, salud y consumo de familias, posiblemente se logren mediciones sistemáticas en el tiempo y entre países.