¿Cómo Ponerle el Pecho a la Minería Ilegal de Oro en Colombia?

El oro se explota primordialmente de manera ilegal en Colombia, es decir, sin título minero y sin seguir  regulaciones gubernamentales. De acuerdo con el último y único censo minero de 2010, que cubrió 23 departamentos de Colombia, aproximadamente 95 por ciento de la minería de oro en Colombia era explotada de manera ilegal. A pesar de que es definitivamente cierto que la minera ilegal de oro puede generar muchos problemas en las regiones productoras la solución no debe ser la satanización de esta actividad ni tampoco en aplicar políticas públicas totalmente focalizadas en hacerle la guerra a la minería ilegal por medio de la fuerza. Enfoques similares se han aplicado en la lucha contra las drogas con una tasa de éxito muy baja. La lucha contra las drogas nos ha enseñado, que en general, donde los mercados demandan un recurso y los precios son atractivos, la oferta suele sobrevivir políticas intensas de control de las autoridades. Incluso hemos aprendido que muchas veces estas políticas de control generan efectos indeseados en las poblaciones locales.

En cuanto a los efectos negativos de la minería ilegal de oro, se ha documentado por ejemplo, que regiones con potencial aurífero experimentan mayor migración cuando los precios del oro aumentan. En particular la evidencia indica que esta migración es temporal y busca extraer oro ilegalmente lo que usualmente trae consecuencias negativas para la población local como son aumentos de violencia (ya que grupos armados o bandas criminales buscan apropiarse de las rentas generadas) y grandes desmejoras en indicadores sociales. Por ejemplo, las tasas de deserción escolar aumentan en las regiones auríferas cuando los precios del oro son mayores ya que los adolescentes e incluso niños frecuentemente trabajan en las minas.  Adicionalmente, como los mineros ilegales no siguen regulaciones, la minería aluvial ilegal, que es la más común en Colombia,  también parece facilitar la propagación de parásitos trasmitidos por medio de los mosquitos, como la malaria. Incluso existen reportes de posibles efectos de auge en el precio del oro en la prostitución y por ende en la trasmisión de enfermedades de transmisión sexual dentro de regiones mineras. También existe evidencia extensiva de los terribles efectos ambientales del mercurio en las fuentes de agua.

Sin embargo, también es cierto que dentro de las regiones auríferas, localizadas por ejemplo, en la zona pacifica de Colombia, la minería ilegal de oro se ha convertido en una alternativa para conseguir el sustento diario para muchas familias pobres. Es poco probable que estas familias dejen de explotar oro mientras la demanda de oro sea fuerte y los precios del oro sean más altos que los de otras alternativas agrícolas. El debate es entonces ¿qué enfoque debemos tomar frente a la minería ilegal de oro?  ¿Se trata acaso de una elección entre combatir la minería artesanal ilegal de oro o de hacer caso omiso e ignorar los problemas que genera la minería ilegal de pequeña escala?

Desde mi punto de vista la minería ilegal no debe ser combatida con un enfoque similar al de la lucha contra las drogas en el que los pequeños productores son perseguidos para reducir la producción. Se debe tratar más bien de ayudar a que los pequeños mineros se formalicen posiblemente  en pequeñas asociaciones que les permitan cumplir y negociar sus obligaciones pero también recibir algún respaldo del gobierno. Asociaciones que les informen sobre maneras de prevenir la propagación de la malaria, que eviten el trabajo infantil y que informen sobre prácticas amigables con el medio ambiente.  Otra alternativa es integrar estas comunidades a las negociaciones mineras de gran escala exigiendo que las grandes mineras generen empleo local y creen encadenamientos con las economías locales.

Es importante que estas poblaciones no vean en el gobierno un enemigo que solo viene a fumigar las plantas de coca o a prohibir la explotación artesanal de oro. Es crucial que el gobierno se vuelva un socio guía para estas comunidades. De esta manera ganaremos todos.

Referencias:

Camacho, A. and Mejia, D., 2017. The Health Consequences of Aerial Spraying Illicit Crops: The case of Colombia. Journal of Health Economics.

Goñi, E.A., Sabogal, A. and Asmat, R., 2014. Minería informal aurífera en Colombia. Fedesarrollo.

Idrobo, N., Mejía, D. and Tribin, A.M., 2014. Illegal gold mining and violence in Colombia. Peace Economics, Peace Science and Public Policy, 20(1), pp.83-111.

Mejía, D., Restrepo, P. and Rozo, S.V., 2015. On the effects of enforcement on illegal markets: evidence from a quasi-experiment in Colombia. The World Bank Economic Review.

Ministerio de Minas y Energía (2012). Censo Minero 2010-2011.

OMS 2013. Evaluación de la carga de morbilidad ambiental a nivel nacional y local. Organización Mundial de la Salud.

Rozo, S.V., 2016. Unintended Effects of Illegal Economic Activities: Illegal Gold Mining and Malaria.  Available at SSRN: https://ssrn.com/abstract=2834623

Rozo, S.V., Explaining the Heterogeneous Effects of Natural Resources on Local Economic Development. Available at SSRN: https://ssrn.com/abstract=2793663