Apostillas a “La Década Perdida”

Compartimos una entrevista a Sebastian Galiani publicada en El Economista el lunes pasado

P: En un trabajo reciente, puntualiza tres efectos que pueden mover el porcentaje de la pobreza: las variaciones en el PIB, las variaciones en la distribución de ese ingreso y las variaciones en los precios. ¿Qué ocurrió con esas variables durante los diez meses de este Gobierno?

SG: Lamentablemente, todas se movieron en dirección negativa, esto es, en la dirección de aumentar la tasa de pobreza. Sin embargo, como he señalado con anterioridad (ver acá), esto no es culpa del Gobierno actual sino que responde al proceso de ajuste de los desequilibrios heredados de la administración Kirchner. Por ejemplo, respecto de la variación en los precios, los alimentos subieron más que el promedio general, naturalmente, pues hubo que devaluar la moneda fuertemente al salir del cepo. Respecto del crecimiento, la economía aún no solo no sale de la recesión sino que esta se agravo. Pero la realidad es que la economía argentina está esencialmente estancada hace un lustro. Por ello, el Presidente Macri hizo bien al decir, “a mí me tienen que evaluar desde esta medición de la pobreza”.

P: Entonces, ¿eso impactó en la pobreza y se generaron nuevos pobres?

SG: Sin dudas, las medidas que ha tenido que tomar este Gobierno para empezar a corregir los desequilibrios heredados han impactado en la pobreza, aunque es imposible hoy decir en qué magnitud, pues el Indec hizo cambios metodológicos en la forma en que mide la tasa de pobreza (ver acá) y, por lo tanto, el salto que mostró la misma, de digamos aproximadamente 25% a 32% refleja ambos fenómenos, esto es, una aumento real en el número de ciudadanos pobres y un ajuste estadístico. Yo hubiese deseado que el Indec publique por un tiempo ambas tasas de pobreza, la que resulta tras los ajustes metodológicos realizados y la que hubiese resultado si los mismos no se llevaban a cabo. Hay que aprender que el principal valor este estadístico es su comparación intertemporal. Lo mismo ocurrió hacia 2003 cuando se cambió la definición del desempleo. Se debió medir y reportar durante al menos un año las dos series –la nueva y la vieja– para poder hacer un empalme que preserve la comparabilidad histórica.

P: ¿Qué balance hace de la década K en materia de pobreza?

SG: En términos de pobreza, la década K ha sido una década perdida (ver también la década perdida). Según como se ajuste la línea se observa que la tasa de pobreza varió poco o prácticamente nada entre 1998 y 2015. En el mejor de los casos sólo cayó 4 puntos porcentuales (y esto no tiene en cuenta el aumento que se tenía que dar tras normalizar los precios relativos reprimidos por la administración Kirchner). A América Latina le fue mejor que a nosotros en promedio. Yo considero que se debe juzgar a un Gobierno por lo que hace, y no por los resultados que obtiene, pues estos están altamente influenciados por la situación internacional. Mi visión de un Gobierno siempre se forma comparándolo con lo que podría haber sido un buen gobierno, dadas las condiciones existentes. En este sentido, creo que el Gobierno de Cristina Kirchner fue muy malo para el país, y dejó una herencia muy pesada a pesar de las condiciones externas favorables de las que se benefició.

P: Mauricio Macri sostuvo que deberá ser juzgado en el futuro a partir de su capacidad para bajar la pobreza. No se puede hacer futurología pero, ¿qué espera en ese sentido?

SG: Primero, respecto a los precios, aclaremos que el precio clave es el precio relativo de los alimentos a los salarios. No pondría las fichas allí en el mediano plazo. La clave está en el crecimiento. La Concertación en Chile bajó muchísimo la tasa de pobreza creciendo durante dos décadas a tasas altas para América Latina. Macri no tiene dos décadas pero Cambiemos sí podría tenerlas. Igual, en ocho años se puede mostrar progreso, especialmente si se protegen los ingresos de los hogares en los dos deciles más bajos de la distribución de ingresos.

P: ¿Qué capacidad y qué dificultades encontrará el Gobierno para manejar estas tres variables? Me refiero al crecimiento, la distribución y los precios…

SG: La principal dificultad de la economía argentina es poder crecer sostenida y sosteniblemente. Ello no se logra desde hace muchas décadas. Por lo tanto, si bien la clave está en volver a crecer, no es fácil hacerlo. Lo más importante es lograr tener un horizonte temporal prolongado pues tan importante como crecer a tasas altas es crecer sosteniblemente en el tiempo. Creo que el Gobierno ahora necesita pasar la elección de medio término, pero luego tendrá que trabajar en el ajuste de la economía seriamente, y al hacerlo, deberá proteger a los hogares pobres. También tendrá que trabajar en el armado político que le de ese horizonte temporal necesario así como ir reconstruyendo las instituciones y las reglas de juego que se deterioraron fuertemente durante las últimas décadas en Argentina.

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