Sobre el Rol de Aerolíneas Argentinas: Recalde, ¿ídolo o qué? (3ra parte)

Mariano Recalde, presidente de Aerolíneas Argentinas (AA de aquí en adelante, pero no confundir con American Airlines), justificó el tan cuestionado déficit de la aerolínea nacional con dos argumentos. El primero fue que la empresa ha sido “vaciada” por la antigua administración privada, y por lo tanto, la misma se encuentra en el proceso de invertir grandes sumas de recursos; esto explicaría en gran parte el déficit operativo. El segundo fue, a mi entender, todavía más audaz: sostuvo que es injustificado cuestionar el déficit de AA, de la misma manera en la que es injustificado cuestionar la inversión en educación y seguridad. Este post tiene la intención de analizar estos dos argumentos, para avanzar e intentar dilucidar si éstos justifican la desopilante cantidad de recursos públicos destinados a financiar la operación de AA, nacionalizada en 2008 (con impuestos que, recordemos, pagamos los argentinos). Entendemos que es necesario abrir un debate sobre esta situación, ya que los números que se manejan son más que considerables: desde su privatización a mediados del 2008 hasta fines de 2012 el déficit operativo acumulado alcanzo los US$ 3324 millones. Ahora, los cálculos tremendamente optimistas del audaz presidente de la compañía estatal son que durante el 2013 se le sumaran “solo“ 250 millones de dólares, llevándolo a algo menos que US$ 3600 millones. Esta situación es inesperada ya que las propias autoridades de AA esperaban resultados positivos para 2012, el cual fue, paradójicamente, el año record de déficit operativo, alcanzando el mismo los US$ 976 millones. Empezaremos por el segundo punto para luego pasar la primero. 1. Provisión Publica de Bienes Publico y Privados Uno de los roles fundamentales del estado es la provisión de los llamados bienes públicos. Estos bienes los definen, en su versión mas pura, las siguientes propiedades. En primer lugar no existe rivalidad en el consumo; esto es, dado una cantidad ofrecida del bien o servicio, el costo adicional de que lo consuma otra persona es cero. La otra característica es no exclusión; una vez que el bien o servicio ha sido ofrecido, no es posible limitar el acceso a su utilización y/o consumo a ningún individuo. El ejemplo típico es el de la seguridad: un vez que se ha determinado la cantidad de recursos que se utilizaran para proveer seguridad, la utilización de la misma por un individuo más tiene costo cero; por otro lado no se puede excluir a nadie de proveerle seguridad por cuestiones legales. El estado debe proveer estos bienes y financiarlos con impuestos en la mayoría de los casos, por cuestiones de eficiencia. La provisión privada de bienes públicos, por otro lado, es prácticamente inviable por cuestiones de no exclusión y, de serlo, es ineficiente. Este tipo de servicio, entonces, no es comparable con la provisión de servicios como los de una compañía aérea. Ahora bien, cuando los bienes no tienen estas dos características se los denomina bienes privados. En general estos bienes son provistos por el sector privado (esto es lo que se denomina provisión privada de bienes privados). En ausencia de fallas de mercado y externalidades, los niveles provistos por mercados competitivos son eficientes sin existir necesidad que intervenga el gobierno, excepto por cuestiones distributivas. Existen, sin embargo, oportunidades donde el gobierno decide la provisión publica de estos bienes privados. La educación, en sus distintos niveles, es un ejemplo típico de bien privado provisto por el estado. No es por las dos características mencionadas ni tampoco por cuestiones tecnológicas (si se duplica el numero de alumnos, los costos de educarlos en un determinado nivel también se duplican aproximadamente; o sea, hay rendimientos constantes a escala). Hay dos justificaciones que suelen darse a favor de la provisión publica de la educación. La primera está relacionada a cuestiones distributivas ya que existe cierto consenso que la igual de oportunidades educativas de los jóvenes no debería depender del nivel de riqueza de sus padres (cosa que sucedería ante ciertas fricciones en el

mercado de crédito que impiden financiar eficientemente proyectos educativos). La otra justificación es que hay ciertas externalidades positivas: básicamente, una sociedad más educada tiene mejores posibilidades de desarrollo. El gobierno, al internalizarlas, busca suministrar una cantidad socialmente óptima. Estas cuestiones asignativas, de hecho, también justifican los subsidios a la provisión privada de educación. AA es una empresa que, indudablemente, ofrece un servicio privado. Desde su estatización, este servicio ha sido provisto por el Estado. ¿Qué justifica esta intervención por parte del estado, dado que las líneas aéreas son mayormente privadas? Es comparable al caso de la educación? Ante el hecho de que no tiene características de bien publico, el argumento mas escuchado es que este tipo de servicio es un área estratégica para el desarrollo. O sea, administrada por el sector privado, no internalizaría estas cuestiones y por lo tanto prestaría un servicio ineficiente. Recalde argumenta que el hecho que AA sea administrada por el Estado genera recursos adicionales. Si fuera administrada por el sector privado, habría un cantidad sub-optima de este servicio. Sin embargo, a diferencia de la educación, donde existe consenso sobre los argumentos de externalidad positiva, no hay ningún estudio que demuestre lo que afirma la compañía. Este hecho no sorprende, ya que es difícil encontrar cualquier información acerca de la compañía. Pero la administración actual, junto al gobierno, han ido más allá intentando limitar la oferta domestica de vuelos de LAN. Es difícil de comprender cómo limitar la competencia puede favorecer a la sociedad y al funcionamiento de la empresa en general. Los argumentos de economía de escala, si bien tentadores, son al menos cuestionables cuando se observa una competencia significativa en otras economías similares. 2. Inversión y Déficits Operativos Mi interpretación de la afirmación de Recalde en lo que respecta al “vaciamiento“ de la empresa, mas allá de la retorica de bajo calibre, es que la anterior administración privada deterioro el stock de capital de la empresa, principalmente en la cantidad y calidad de sus aviones. Para simplificar, supongamos que la empresa opera a rendimientos constantes a escala. Supongamos que k, k’ son el stock de capital corriente y futuro, respectivamente, donde r, son la tasa de retorno del capital y su respectiva tasa de depreciación lineal. En este contexto, los beneficios cada periodo son Cuando la firma está en una etapa de fuerte expansión, o sea cuando (k’-k) es lo suficientemente mayor que cero, los beneficios tienden a ser negativos. Esta situación seria la que justificaría déficit operativos. Cuando el tamaño de la firma se encuentra próximo al optimo, y esto implica que , entonces los beneficios son positivos. La pregunta entonces se puede plantear en términos de cuán lejos esta AA de su tamaño óptimo. Los directivos de la misma justifican el importante déficit acumulado por cuestiones de inversión; la duda que surge es que el monto es tan impresionante, que cuesta aceptar la justificación sin informes técnicos confiables. Por ejemplo, hace un poco menos de un año el valor de mercado de Air France, empresa aerocomercial de considerable tamaño, era de “tan solo“ de us$ 3500 millones, aproximadamente el déficit acumulado por la administración de Recalde. Resulta critico, por cuestiones no solo de transparencia, sino también para poder evaluar con criterios objetivos la eficiencia del manejo de AA, que se provea información confiable y sistemática sobre la situación de la compañía aérea. Adicionalmente, si a esta información se le agrega la que permita cuantificar los efectos adicionales positivos que genera la empresa al ser administrada por el gobierno, las comparaciones serian tanto más objetivas como menos caprichosas. En el estado actual de las cosas, esta panacea informativa parece una utopía tristemente lejana.