Algunas consideraciones sobre el desempleo en Argentina

En colaboración con Nicolás Ajzenman (Universidad de San Andrés).

La creación de empleo privado y su posible impacto en la tasa de desempleo es un tema que se viene debatiendo mucho entre los economistas, especialmente en los últimos meses. En esta entrada, pretendemos contribuir  al debate sobre el mercado laboral enfocándonos, particularmente, en el desempleo.

La tasa de desempleo en el largo plazo

Como primer punto,  analizamos la tendencia de largo plazo de la tasa de desempleo argentina. Para ello, armamos una serie larga a partir de la Encuesta Permanente de Hogares desde 1992 (tomamos todos los aglomerados para los cuales contamos con los micro-datos en forma continua).  La siguiente figura muestra la evolución del desempleo.

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Debido al  cambio en la metodología de medición en 2003, las tasas no son estrictamente comparables a lo largo del tiempo. No sería raro que la metodología actual diese una tasa 1 punto porcentual por arriba de la que arrojaría la metodología anterior, lo cual es aproximadamente igual a la diferencia de tasas existente entre las puntas de la serie. Se observa que la tasa de desempleo actual es similar a la de 1992, en torno al 7% (utilizando la medición actual).

Dicha tasa se ha mantenido estable desde 2008, lo cual no es sorprendente, si entendemos que es difícil bajar la tasa de desempleo por debajo de cierto nivel solamente estimulando el crecimiento de la demanda agregada. En nuestra opinión, para bajar el desempleo significativamente es necesario incrementar la competitiva de la economía y mejorar el nivel de calificación de la fuerza laboral.

Esta representación del funcionamiento del mercado laboral tiene por detrás un modelo de desempleo. El desempleo sería entonces el resultado de un equilibrio descentralizado de la economía que puede, o no, ser óptimo. Pensemos simplemente que es la tasa de desempleo a la que se retorna después de que la economía ajusta los shocks (ver, entre otros, Pissarides, 2010). Este nivel de desempleo captura fricciones en el mercado laboral (ver esta entrada de Iván Werning acá); la idea es que encontrar una buena relación laboral toma tiempo, que este tiempo varía entre firmas y trabajadores, y que de haber más vacantes disponibles o menos trabajadores buscando empleo, en promedio, los trabajadores desocupados encontrarían trabajo más rápido. Cierto es que variaciones en la demanda agregada habitualmente afectan la tasa de desempleo, pero pensamos que lo hacen en torno a esta tasa de desempleo de largo plazo (la cual también puede cambiar en el tiempo).

Durante los años 60s, el desempleo en Europa era aún más bajo que en Estados Unidos, un país que se caracteriza por tener un mercado de trabajo altamente desregulado y flexible. En los 70s, el shock petrolero de principios de la década indujo una suba importante en el desempleo en todos los países de la OECD.  A comienzos de los años 80, el desempleo aumentó aún más como resultado de las políticas anti-inflacionarias adoptadas en los países desarrollados. Sin embargo, cuando ocurrió la recuperación del ciclo económico, las tasas de desempleo de las diferentes regiones convergieron a diferentes valores: en Estados Unidos, una vez que la economía se recuperó, el desempleo volvió a bajar a los niveles existentes antes del shock de oferta adverso de comienzos de los años 70, mientras que en una gran parte de Europa el desempleo permaneció en niveles muy elevados hasta al menos fines de los años 90. Lo que es peor, en los cuatro grandes países Europeos (Alemania, España, Francia e Italia) el desempleo se ha mantenido muy alto aun hasta hoy día. ¿Por qué ocurrió esto? Consistente con el modelo que describimos anteriormente, existe evidencia econométrica que sugiere que ello se debió a que los gobiernos respondieron a los shocks de los años 70s y al desempleo subsecuente modificando las instituciones laborales de forma tal que se redujeron los incentivos por el lado de la oferta de trabajo (ver Nickell, Nunziata y Ochel, 2005).

Analizando la Figura I observamos que la tasa de desempleo fue variando sensiblemente ante los fuertes shocks que sufrió la economía Argentina en las últimas décadas. Sin embargo, la tasa de desempleo pareció intentar retornar siempre a una tasa de desempleo más o menos estable (si bien no lo podamos demostrar).

Salarios reales  

La Figura II muestra una serie larga de salarios reales por hora (salarios computados para una composición dada del empleo) y producto por trabajador ocupado. Miramos este salario pues queremos aproximarnos a un precio del trabajo para una unidad homogénea de empleo. Es razonable esperar que en el mediano plazo el salario real siga la serie de producto por trabajador ocupado. Vemos que ello tendió a ser así durante el periodo considerado. Sin embargo, desde la crisis del tequila hasta la crisis de la convertibilidad, y particularmente durante este último episodio, los salarios cayeron significativamente más que el producto medio por trabajador ocupado.

Es interesante notar tres fenómenos importantes. El primero, la recuperación post-crisis de los salarios formales ha sido más pronunciada que la de los salarios promedio (formales e informales), mostrando un mercado laboral probablemente menos competitivo, lo cual no es una buena noticia en términos de desempleo. El segundo, aun así, la suba de salarios formales desde 2001 no parece haber sido mayor al crecimiento del producto por empleado ocupado. El tercero, los salaries reales han crecido durante toda la recuperación, incluso en los últimos años cuando el desempleo se estancó.

Figure2

Es interesante notar tres fenómenos importantes: 1) la recuperación post-crisis de los salarios formales ha sido más pronunciada que la de los salarios promedio (formales e informales), mostrando un mercado laboral probablemente menos competitivo, lo cual no es una buena noticia en términos de desempleo. 2) Aun así, la suba de salarios formales desde 2001 no parece haber sido mayor al crecimiento del producto por empleado ocupado. 3) Los salaries reales han crecido durante toda la recuperación, incluso en los últimos años cuando el desempleo se estancó.

Empleo

La Figura III muestra que la tasa de empleo no se ha incrementado significativamente durante todo el período (aunque cayó bastante durante los años 90 y se recuperó fuertemente luego de la crisis de la convertibilidad). Sin embargo, en los últimos años, especialmente desde 2008, no muestra una variabilidad significativa.

Figure3

Finalmente, en la Figura IV notamos que durante el periodo de recuperación del empleo también se presentó  un gran crecimiento del empleo público. Probablemente, este también sea un indicador de un mercado de trabajo menos competitivo.

 Figure4

Conclusión

Mirando estos datos y teniendo en consideración un modelo sobre cómo podría funcionar el mercado de trabajo, pensamos que simplemente estimulando la demanda agregada –algo que además ha encontrado sus límites reales hace ya bastante tiempo- no se lograrán bajas importantes en la tasa de desempleo (*), la cual, entendemos, no está lejos de su tasa de largo plazo, dada la estructura actual de la economía argentina.

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(*) Asumiendo que no se modificará la forma en que se mide el desempleo.

Referencias:

Pissarides, Christopher (2000): Equilibrium unemployment theory. MIT Press, Cambridge, Mass., USA. ISBN 0262161877

Nickell, S., L. Nunziata and W. Ochel (2005): “Unemployment in the OECD since the 1960s. What do we know?”, Economic Journal.

 

 

 

 

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