Las Trabas de Moreno: Una Aproximación Ramsiana

A partir de febrero,  el gobierno argentino comenzará a aplicar nuevas trabas no arancelarias a las importaciones.  ¿Qué hacemos, aplaudimos o pataleamos? 

Mi primer impulso fue patalear. Después de todo, Moreno ha sido el ejecutor de tantas medidas disparatadas (Indec, controles de precios, persecución a empresarios, etc.), que uno reacciona por reflejo.   Lo que les voy a presentar hoy es mi segunda reacción. La que surge de pasar estas últimas medidas por el filtro de la teoría económica que manejo. El resultado es una lista de razones para patalear (RPP) y  razones para aplaudir (RPA). Comienzo con las RPP, que son las más conocidas.

RPP#1: Las trabas a las importaciones son distorsivas.  Pues al encarecer artificialmente a los productos importados, generan una ineficiente reasignación de recursos hacia la producción de bienes e insumos que compiten con las importaciones.

RPP#2: Las trabas agregan incertidumbre en precios relativos, lo que distorsiona aún más la asignación de recursos y gastos. La razón es que la medida da lugar, en principio, para un amplio margen de discrecionalidad. El ejecutivo puede demorar a gusto el chequeo o aprobación de declaraciones juradas.  La reciente instrumentación introduce un mecanismo de aprobación automática para casos en que no aparezcan observaciones del ejecutivo durante un (corto) período de tiempo. Pero, en principio, cualquier observación, por pequeña que sea, puede trabar importaciones significativamente.

Mi lista de RPA requiere de un preámbulo. Y el preámbulo viene en cuatro partes.  Parte #1: La característica más importante que distingue a los ciclos económicos en los países emergentes es su amplitud. A groso modo, la volatilidad del ciclo  en el país emergente promedio es el doble que la del desarrollado promedio.  Parte #2 La explicación blanco y negro de este fenómeno es así: una teoría dice que los emergentes son más volátiles simplemente porque  son golpeados por shocks exógenos más violentos (Kydland y Zarazaga, 2002, Aguiar y Gopinath, 2007). La otra teoría es que los emergentes padecen de fallas en sus estructuras, productos de peores instituciones, desacertadas políticas económicas etc., las que tienden a amplificar los efectos económicos de cualquier shock (ofrezco referencias no exhaustivas más abajo). Parte #3: Ambas teorías tienen implicaciones de política muy distintas. La primera implica que no hay mucho que los gobiernos puedan hacer: los ciclos observados son la mejor respuesta a los shocks que enfrenta la economía.  O, puesto de otra forma,  el gobierno  podría aplicar políticas que reduzcan la virulencia de los ciclos económicos, pero éstas sólo lograrían empeorar las cosas. La segunda teoría da cabida a intervenciones mejoradoras por parte del gobierno.  La evidencia empírica convalida parcialmente a ambas teorías. Parte #4: Para evaluar a las trabas de Moreno, debemos poner la lupa en la segunda teoría de ciclos. El foco de mi análisis se  centra  en dos tipos de fallas específicas: Fricciones financieras y rigideces nominales.  Mi elección se basa en que estas fallas son empíricamente relevantes y en que para ellas tenemos una idea teórica bastante clara de cuáles son las políticas gubernamentales óptimas, en el sentido de Ramsey,  para mitigar sus efectos nocivos.

RPA #1: Existen fricciones financieras que generan demasiada euforia en la fase expansiva y demasiada depresión en la fase contractiva del ciclo económico. Y esto es malo.   Específicamente, tengo en mente situaciones en la que la capacidad de endeudamiento de los agentes está limitada por el valor de un activo. Como ejemplo concreto, supongamos que los consumidores o las firmas, pueden usar el valor de sus bienes raíces como colateral de sus deudas. Durante períodos de boom económico, el precio de los inmuebles tiende a ser alto. Esto hace que los agentes gocen de abundante colateral, lo que facilita el crédito y el gasto. Durante épocas de recesión ocurre lo contrario. El precio de los bienes raíces cae, lo que encoje el nivel de colateral, forzando al sistema financiero a restringir el crédito, con consecuencias negativas sobre los niveles de consumo e inversión. Los agentes económicos son conscientes de este mecanismo exacerbador del ciclo, pero son muy pequeños para internalizar el hecho de que es su propio comportamiento el que, colectivamente, hace que cambie el precio de los bienes raíces, y con él los  niveles de colateral, crédito, y gasto.  Esta idea fue originalmente introducida en modelos de economías emergentes por Auernheimer y García-Saltos (2000). (Aprovecho para recordar al querido Pepe Auernheimer, un tipazo,  talentoso como pocos, que tiraba ideones y después las publicaba en los outlets más recónditos).  Más recientemente, este mecanismo ha sido estudiado por Lorenzoni (2008), Korinek (2010),  Bianchi (2011), y Benigno et al. (2011), entre otros.  Resulta que la política óptima, en este tipo de economías, consiste en aplicar controles de capital en forma prudencial.  Vale decir, la política óptima desincentiva el endeudamiento con impuestos  durante períodos de boom y lo alienta con subsidios durante períodos recesivos. De aquí a las trabas de Moreno hay sólo un paso. Pues en muchos modelos, los efectos de controles de capital pueden replicarse con impuestos al consumo, y,  bajo ciertos supuestos, también con impuestos al consumo de bienes importados. Desde esta óptica, lo que las trabas lograrían es inducir a los agentes económicos a internalizar la externalidad pecuniaria.

RPA #2: Muchos países tienden a implementar regímenes de tipo de cambio fijo como parte de un paquete de reformas más amplio que incluye la liberalización de la cuenta de capital.  En muchos casos, esta mezcla ha resultado ser una maldición más que una bendición. La narrativa es más o menos así: durante períodos de altos  influjos externos de capital, el crédito es abundante, lo que eleva el gasto agregado  y los salarios. Hasta aquí todo bien.  La situación se vuelve densa en la etapa contractiva del ciclo, cuando los ingresos de capital se secan. En esta etapa,  la demanda agregada se desploma, pero, debido a rigideces a la baja, los salarios no bajan lo suficientemente rápido para garantizar pleno empleo en el mercado laboral. Luego las firmas enfrentan baja demanda y altos costos laborales, lo que resulta en desempleo generalizado. Un ejemplo reciente  de esta dinámica ineficiente  lo ofrecen los países periféricos de la eurozona.  Véase el gráfico 1.

Boom y Crisis en la Europa Periférica 2000-2011

Fuente: Eurostat. Media aritmética de Bulgaria, Chipre, Estonia, Grecia, Lituania, Letonia, Portugal, España, Eslovenia, y Eslovaquia.

Entre el 2000 y el 2007, los emergentes de la eurozona gozaron de altos ingresos de capital, reflejados en enormes déficits en la cuenta corriente de alrededor del 7 por ciento del PBI. Esto elevó salarios y empleo vigorosamente. Cuando la gran recesión del 2007 arribó a las costas europeas en el 2008, la cuenta corriente  y el gasto agregado experimentaron una súbita reversión. Sin embargo, los salarios nominales del sector privado, lejos de bajar,  permanecieron a los mismos niveles que durante el boom, y el desempleo se elevó a valores inusitados.  Bajo esta visión del problema, la solución puede ser relativamente sencilla: devaluar para bajar el costo laboral medido en euros y de esa forma expandir la demanda de trabajo. Sin embargo, para muchos miembros emergentes de la eurozona, una devaluación esta, por el momento, fuera  de discusión.  Estos países, por lo tanto, están condenados a soportar ciclos económicos amplificados por la combinación de un tipo de cambio fijo y salarios nominales inflexibles a la baja. De nuevo vemos aparecer una externalidad pecuniaria. Pues los agentes económicos entienden que durante la fase expansiva el gasto empuja a los salarios a niveles demasiado altos, pero no pueden internalizar el efecto, pues su participación individual en el gasto agregado es muy pequeña. Mi trabajo reciente con Stephanie Schmitt-Grohé (2011a,2011b, y 2012) se a avocado a captar estas dinámicas teórica y cuantitativamente. Luego, uno puede nuevamente preguntarse cuál es la política óptima de controles de capital en este tipo de economías. Y la respuesta ramsiana es de nuevo altamente prudencial. El gobierno no debe esperar hasta que ocurra la crisis para actuar. Por el contrario, debe adoptar una actitud proactiva y gravar a los déficits de cuenta corriente durante la fase expansiva. En la fase contractiva, los impuestos al déficit externo deben cambiarse por subsidios.
El problema con la eurozona, es que la libertad en el movimiento de capitales está escrita a fuego en su constitución. Sus miembros periféricos, atados de pies y manos, parecen condenados a una pesadilla sin fin.  Desde esta perspectiva, las trabas de Moreno pueden interpretarse como medidas tomadas por un gobierno que aprendió de la experiencia Europea y juega el juego a un nivel superior.

RPP #3: Las trabas de Moreno pueden estar llegando demasiado tarde. En efecto, el sentimiento instalado entre varios de los hacedores de política latinoamericanos parece ser  que lo que se viene es un enfriamiento de la economía mundial, que podría resultar (ya está pasando) en caídas de los precios de los bienes primarios que exporta la región. Brasil y Chile ya han empezado a tomar recaudos bajando sus tasas de referencia. De ser así, las trabas argentinas a las importaciones podrían probar ser  contraproducentes. Pues la respuesta ramsiana durante la fase contractiva es el aliento a la demanda de bienes transables. Así, Moreno habría aprendido la lección incorrecta.

El veredicto final sobre las trabas, por supuesto, debe tomar en cuenta todas estas RPP y RPA (y quizás otras) conjuntamente. Lamentablemente, no conozco modelos cuantitativos que hayan producido evaluaciones de este tipo.
Más allá de esto, el mensaje que pretendo dejar con este post es que la evaluación de las medidas comerciales que se vienen no es trivialmente negativa.
Finalmente, no puedo resistir la tentación de observar algo curioso con el título de esta nota. La curiosidad resulta de intercambiar las posiciones de las letras r y m en la última palabra. El título resultante quizás aparezca como más adecuado, especialmente para aquellos que sientan que si Ramsey resucitara y leyera este post se volvería a su tumba gustosamente.
Referencias

Aguiar, Mark, and Gita Gopinath
Emerging Market Business Cycles: The Cycle is the Trend
Journal of Political Economy 115
2007
69-102.

Auernheimer, L. and R. García-Saltos
International Debt and the Price of Domestic Assets
IMF Working Paper wp 00/177
October 2000.

Benigno, Gianluca, Huigang Chen, Christopher Otrok, Alessandro Rebucci, and Eric R. Young
Revisiting Overborrowing and Its Policy Implications,
Cespedes, Luis Felipe, Roberto Chang, and
Diego Saravia (Eds.)
Monetary Policy under Financial Turbulence
Central Bank of Chile, 2011,  145-184.

Bianchi, Javier
Overborrowing and Systemic Externalities in the Business Cycle
American Economic Review 101
December 2011
3400-3426.

Korinek, Anton
Excessive Dollar Borrowing in Emerging Markets: Balance Sheet Effects and Macroeconomic Externalities
University of Maryland
2010.

Kydland, Finn E. and Carlos E. J. M. Zarazaga,
Argentina’s Lost Decade
Review of Economic Dynamics 5
January 2002
152-165.

Lorenzoni, Guido
Inefficient Credit Booms
Review of Economic Studies 75
2008, 809-833.

Schmitt-Grohé, Stephanie, and Martín Uribe, «Pegs and Pain,» Columbia University, November 2011a.

Schmitt-Grohé, Stephanie, and Martín Uribe, «Prudential Policy For Peggers,»
Columbia University, November 2011b.

Schmitt-Grohé, Stephanie, and Martín Uribe, «Managing Currency Pegs,» Columbia University, November 2012.