Escases de Combustibles: El Nuevo Complot o la Consecuencia de Políticas Inconsistentes?

Cuando uno está más de una hora para conseguir cargar un tanque de combustible y al finalizar siente alivio y ya no mas bronca, es una señal de que algo anda mal. Cuando esto es algo que se viene repitiendo durante las últimas semanas, y con mucho más intensidad en el interior de país, hay fuertes sospechas de que algo anda verdaderamente mal. Las dificultades que generan este tipo de situaciones son más que obvias, e incluyen consecuencias no menores en el transporte que pueden tener un sustancial impacto en la productividad de ciertos sectores.

Desde el gobierno aprovecharon la oportunidad para alertar sobre un nuevo complot orquestado desde los medios de comunicación “opositores”  para que los consumidores concurran de manera masiva a cargar combustible. Como consecuencia, “gran parte de la reserva de combustible de la Argentina está en los tanques de los autos y de los camiones», dijo el Ministro de Planificación Federal, Julio De Vido.

Por otro lado, desde el arco “opositor” esgrimen una tradicional batería de argumentos: el gobierno forzó un esquema de precios que llevo tanto a una alarmante falta de inversión en refinación como a la desaparición de estaciones de servicio; una secuencia de políticas inconsistentes que provoco la caída en la producción petrolera doméstica, etc. Un análisis serio sobre la validez o no de estos argumentos exceden mis posibilidades (pueden ver la reflexión de Fernando Navajas, un reconocido experto en la materia, sobre la problemática del sector energético argentino en general). El propósito de este breve post será menos ambicioso: intentara compartir mi confusión sobre los argumentos mencionados para ver si en realidad existe alguna justificación que los racionalice. Me voy a concentrar en dos cuestiones: 1. Sobre la posibilidad que haya múltiples equilibrios, entre los cuales varia el stock promedio de combustible en los tanques; 2. Las consecuencias de shocks reales que generen una genuina escases versus el potencial rol de los medios para coordinar el comportamiento de los consumidores para una suerte de “corrida naftaria”, como la ha célebremente bautizado Ivan Werning. (1)

Tenencias medias de combustible: Baumol-Tobin “reinterpretado”

Supongamos que los consumidores gastan un tanque de combustible por período (el “uno” y el “periodo” son normalizaciones que no hacen al caso), el cual se consume en forma lineal. Este gasto normalizado se supone fijo dado que los precios no cambian. Entonces,  si N es la cantidad de veces que vas a cargar Z unidades de combustible para llegar a un tanque, entonces N x Z = 1 (ninguna genialidad, es verdad).  Supongamos que C es el costo de tener el combustible en el tanque (que incluye le riesgo que te lo roben, el no tener esa liquidez para hacer otras transacciones, etc.), y dado que en promedio un consumidor tiene en promedio Z/2 litros en el tanque, su costo es C x Z/2 = C / (2xN).

Supongamos que el F es el costo de ir a la estación de servicio y cargar combustible. Esto incluye el tiempo que gastan en la cola que deben hacer, la necesidad de buscar el establecimiento que efectivamente tenga combustible, etc. La determinación de este costo dependerá del comportamiento de los consumidores y será crítico para mi argumento. Entonces, dado que el costo total de cargar el tanque C x (2 x N)-1 + N x F, la cantidad optima de veces que frecuentan la estación de servicios es N* = (C/2xF)1/2. Consecuentemente, la cantidad promedio de combustible es Z/2 = (F/2xC)1/2.

Supongamos ahora que el costo de cargar combustible, F, es una función creciente y lo suficientemente convexa G tanto de Z/2 como de un shock de oferta, denominado s. Así,  cuanto más carga cada consumidor, mas es el tiempo de espera, el tiempo de búsqueda de una estación que tenga combustible, etc., mayor es el costo F. Por otro lado, ante un shock negativo de oferta (una caída en el suministro de combustible), y dado que no se pueden ajustar los precios, aumenta F porque cuesta encontrar un establecimiento que tenga combustible.

Supondremos adicionalmente que G(s,0) > 0 por lo que, incluso si los consumidores tienen en promedio 0 combustible en su tanque, el consumidor marginal tiene todavía costos positivos de encontrar una estación de servicio, movilizarse, etc. La posibilidad de equilibrios múltiples es ahora casi inmediata. Dado s, notemos que F = G(s,(F/2xC)1/2) puede tener más de una solución en F (esto es, equilibrios múltiples) si es que G(s,.) es lo suficientemente convexa, como se ilustra en el siguiente gráfico.

 

Sunspots con Corrida Naftaria versus Shocks Reales

Si bien la existencia de multiplicidad de equilibrios le quita capacidad de predicción al análisis, también permite conjeturar que podría suceder para que exista más congestión sin la necesidad de cambios en los fundamentales, representado por s en nuestro ejemplo estilizado. Mi manera de entender la discusión es la siguiente. Desde el gobierno argumentan que los medios no alineados con el gobierno han manipulado la información para coordinar en un equilibrio con mayor desabastecimiento. Por otra lado, desde el arco opositor, argumentan que el desabastecimiento se debe a un shock negativo originado por las desacertadas políticas del gobierno.

Medios Opositores Coordinan Malos Equilibrios. Supongamos que los medios (malintencionadamente, por supuesto) alertan sobre la posibilidad de desabasteciendo; si los consumidores interpretan esta información como que los costos de cargar combustible son F**, la reacción óptima a nivel individual será cargar tener (F**/2xC)1/2 > (F*/2xC)1/2 y así generar mas congestión y desabastecimiento en equilibrio. Esto quizás justificaría la afirmación “gran parte de la reserva de combustible de la Argentina está en los tanques de los autos y de los camiones» hecha por el señor ministro.

Tienen los medios de comunicación las herramientas suficientes para coordinar en distintos equilibrios de tipo “sunspot”? La idea básica, entiendo, sería convencer a los consumidores que va a haber grandes congestiones en la provisión de combustible mediante la manipulación de información, coordinando expectativas de manera tal que estos anticipen que los costos efectivos serían F**. Pueden los titulares de los diarios y los flashes informativos de las radios actuar como mecanismo de coordinación tal que esto suceda? Esto queda criterio del lector.

Problemas Reales. Supongamos ahora que hay un shock real de escases donde s cambia a s’. La situación sería la graficada en abajo, pasando a un equilibrio con F***. Que originaria este tipo de situación está sujeto a discusión: podría ser una cuestión estacional, manifestantes de la Patagonia que no permiten la libre circulación de combustible des refinadoras, la consecuencia natural de desacertadas medidas por parte del gobierno, etc. Qué responsabilidad tiene el gobierno de una situación como esta? Si la caída en la producción petrolera doméstica es consecuencia de un esquema de precios en conjunto con fuertes y polémicas regulaciones que efectivamente han generado este tipo de situación, parecería que mucha.

Equilibrios libres-de-corridas. Como puede evitar el gobierno los equilibrios “malos”? El contexto es similar a un prestamista de última instancia. El gobierno, a través de sus empresas petroleras afines, puede garantizar el normal suministro de combustible. Esto es lo que ha intentado hacer YPF durante mucho tiempo, y con cierto éxito ha logrado disipar dudas sobre la posibilidad de abastecimiento. El problema en los hechos más recientes, entiendo, es que YPF no ha logrado cumplir con su rol de proveedor de última instancia ya que tampoco sus estaciones de servicio tenían combustible para atender a la demanda de manera normal. Esto generó sospechas que el problema tenia orígenes reales.

 

Reflexiones finales

La situación es por lo menos muy irritante para los consumidores pero aun más preocupante si uno cree que esto marca una tendencia. La escases de combustible no solo nos hace perder más tiempo tratando de hacer algo tan simple como cargar un tanque de nafta sino que puede poner un considerable freno al desarrollo. Identificar las causas que la originan, sin un egoísta sesgo ideológico, es un desafío para nuestra profesión. La dificultad está en que, observacionalmente, escases generada por una “corrida naftaria” disparada por la malintencionada manipulación de información por parte de los medios de comunicación enfrentados con el gobierno (si es que esto es posible) y otra generada por una genuina escases originada por la secuencia de medidas que hicieron muy vulnerable al sector, son difíciles de distinguir.

 

1.  Sucede que estos argumentos, como era de esperar, ya han sido conjeturados por lectores alertas en un breve y reciente post de Andy Neumeyer.