Acemoglu y Robinson y el Atlas de las Nubes 

Los vuelos largos son una gran ocasión para leer libros voluminosos (al menos en versión electrónica) y para ver (aunque sea en una pantalla diminuta) esas películas larguísimas que nos perdimos en el cine.

En un par de viajes largos este último mes, he podido al fin leer el último libro de Daron Acemoglu y James Robinson, El Pasillo estrecho: Estados, sociedades y cómo alcanzar la libertad (en su versión original, The Narrow Corridor: States, Societies, and the Fate of Liberty, Penguin Press, 2019, 576 páginas).  Ambos autores están entre los economistas políticos más interesantes e influyentes, hoy por hoy.  Sus trabajos en colaboración, combinando teoría económica, historia económica y econometría, están caracterizados por la ambición de proveer una interpretación institucionalista del desarrollo.  En El Pasillo estrecho, la teoría puede resumirse en un simple diagrama (ver figura 1).

Figura 1: El pasillo estrecho

La idea del libro es que el desarrollo en libertad requiere de un balance entre el poder del estado y el poder de la sociedad.  En la terminología de los autores, cuando el estado es mucho más poderoso que la sociedad, el estado se convierte en un “Leviatán despótico”: el estado puede imponer ley y orden, pero a cambio funciona efectivamente a favor de los intereses de la élite que (en la historia como se cuenta en El Pasillo) siempre controla el estado.  Si, en cambio, la sociedad es mucho más poderosa que el estado, el estado se convierte en un “Leviatán ausente”: en ausencia de un marco legal efectivo, las sociedades pueden caer en la violencia y el desorden, o quedar atrapadas por normas sociales rígidas que suelen ser ineficientes y beneficiar a castas tradicionales dentro de la sociedad.  La libertad requiere un “Leviatán encadenado”: un estado suficientemente poderoso para proveer ley, orden y servicios públicos, pero vigilado por una sociedad suficientemente poderosa para evitar que el estado sirva primordialmente a la élite.

En la figura 1, la senda d ilustra la senda que según Acemoglu y Robinson han seguido países como los Estados Unidos, el Reino Unido, o Suiza hacia el Leviatán encadenado. La senda transcurre por un pasillo estrecho porque la élite que controla el estado tiende a favorecer el despotismo, en tanto que la resistencia de la sociedad puede socavar la autoridad del estado. A niveles muy bajos de autoridad del estado y de poder de la sociedad, la libertad no es posible, y la pugna entre sociedad y élite, ilustrada por sendas como a y b, no necesariamente conduce al pasillo estrecho, lo que si ocurre en la senda c.

En la sociología implícita en El Pasillo, la élite está siempre en control del estado, y la sociedad (que comprende a todos quienes no son parte de la élite) solo puede resistirse cuando supera su problema de acción colectiva.  Por decirlo de manera provocadora, y usando una terminología que Acemoglu y Robinson evitan, la historia se resume en la lucha de clases entre la élite y la sociedad. A diferencia de la lucha de clases del marxismo, sin embargo, las clases sociales en El Pasillo son siempre las mismas, el progreso en libertad puede ser precario, y la lucha es eterna—el pasillo estrecho no conduce como en Marx a una utopía con disolución final del estado y extinción de la brecha entre élites y sociedad.

Algo característico en el libro es la acumulación vertiginosa de episodios.  Déspotas, aprendices de tirano y presidentes desfilan por las páginas, literalmente desde Gilgamesh hasta Fujimori y Donald Trump. La China y Prusia aparecen como ejemplo del Leviatán despótico—con referencia a la influencia en la China de las escuelas rivales del legalismo y el confucianismo.  La India aparece como ejemplo de sociedad en la jaula de normas sociales.  La evolución hacia el pasillo estrecho en Europa occidental se ilustra como el resultado de una tijera en las que una cuchilla es la tradición legal romana, que empuja en la dirección de empoderar el estado, y la otra cuchilla es la tradición germánica de la decisión en asambleas, que empuja en la dirección de empoderar la sociedad.

América Latina aparece como un “Leviatán de papel” en trayectorias como a y b.  Como en el Leviatán despótico, el estado no está sujeto a una rendición de cuentas para con la sociedad, pero a semejanza del Leviatán ausente, el estado no resuelve conflictos, ni impone el cumplimiento de la ley, ni provee servicios públicos.  ¿Por qué las élites latinoamericanas no se esfuerzan por aumentar la capacidad del estado como en el Leviatán despótico? Para Acemoglu y Robinson, la razón es que aumentar la capacidad del estado moviliza a la sociedad, lo que puede poner en riesgo rentas de las que disfruta la élite mediante la corrupción.  (La movilización de la sociedad ha estado presente en casos de Leviatán despótico, nos dicen los autores, pero circunstancias externas como la guerra forzaron las manos de las élites in dirección de un estado más capaz.) Como en África, el Leviatán de papel latinoamericano es resultado de una herencia colonial de estado débil y sociedad débil, perpetuándose uno a otro.

Por coincidencia, en otro viaje largo esta temporada he podido terminar de ver El Atlas de las Nubes (Cloud Atlas, 2012, 172 minutos) dirigida por las Wachowski y Tom Tykwer.  El Atlas narra seis episodios, saltando casi literalmente de las islas del Pacífico en el siglo XIX a una presunta colonia espacial quinientos años después.  Los actores en cada episodio se repiten, como indicando que los caracteres son en el fondo los mismos.  El tema de fondo, contado de varias maneras, es la lucha por la libertad.  Los críticos en Rotten Tomatoes oscilan entre señalar que El Atlas de las Nubes es una película muy original y enormemente ambiciosa, de dimensiones épicas, y quejarse de que los caracteres son algo débiles y los episodios, por separado, carecen de profundidad.  Si El Pasillo fuese una película y no un libro, me pregunto si merecería críticas similares.

Puede ser útil intentar mirar la historia del Perú el último medio siglo a través del prisma de El Pasillo.  El gobierno militar en los 1970s expandió el rol del estado en la economía, aunque sobre bases fiscales endebles, y llevó a cabo una reforma agraria radical, crucialmente eliminando modalidades del mercado de trabajo que bordaban con la coerción.  En El Pasillo, las reformas agrarias se describen como movimientos empoderando la sociedad. Paradójicamente, el gobierno militar podría describirse como la trayectoria a.  El gobierno autoritario de Fujimori en los 1990s redujo el rol del estado en la economía, puso en orden las cuentas fiscales, y devolvió al estado el monopolio de la violencia.  En El Pasillo, reformas que conducen al orden fiscal se describen como movimientos empoderando el estado.  También algo paradójicamente, el gobierno de Fujimori podría describirse como la trayectoria b.  La actual efervescencia en la lucha contra la corrupción, incluyendo juicios y animadversión popular contra políticos y empresarios identificados con esta, ¿está empoderando a la sociedad y llevando al Perú en la dirección del corredor estrecho como la trayectoria c, o es otro bandazo más del Leviatán de papel?

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