Los seguros de liquidez del FMI: Baratos y sin condicionalidades. Pero, ¿quiénes pueden obtenerlos en América Latina?

 

 

En el contexto de la crisis financiera global, el Fondo Monetario Internacional (FMI) inició, entre otras reformas, la oferta de dos nuevas líneas de crédito: la Línea de Crédito Flexible y la Línea de Precaución y de Liquidez (LCF y LPL, respectivamente). El objetivo de estas líneas de crédito es garantizar el acceso a recursos financieros a países que tengan un historial probado de buen manejo económico y financiero antes de que estos países enfrenten serios problemas de liquidez generados por shocks globales o regionales. A diferencia de los préstamos tradicionales del FMI, la LCF, designada básicamente hacia países emergentes, no conlleva ninguna condicionalidad adicional una vez que se le aprueba; y la LPL, diseñada principalmente para países de bajo ingreso, solo implica un número muy limitado de requerimientos adicionales.

A pesar de las altas incertidumbres económicas y financieras a nivel global y el incremento en las vulnerabilidades en muchos países en vías de desarrollo (las cuales se reflejan en incrementos en el costo de financiamiento externo y pérdidas significativas de reservas internacionales), muy pocos países utilizan estos dos nuevos instrumentos. En América Latina solo Colombia y México tienen acceso a la LCF. Los otros dos países con acceso son Polonia, que cuenta con una LCF, y Marruecos con acceso a la LPL. En un trabajo que publiqué recientemente con Nancy Birdsall y Anna Diofasi, desmitificamos una serie de argumentos sobre la baja utilización de estos instrumentos:

  • Mito 1: Los criterios que establece el FMI para precalificar a países que podrían utilizar las líneas de crédito son muy estrictos.
    • Realidad: En base a criterios actuales, el número de países que puede calificar es 7 u 8 veces más que el número de países que actualmente tiene acceso (como se verá más adelante).
  • Mito 2: Los recursos del FMI no son suficientes para otorgar líneas de crédito a un número importante de países.
    • Realidad: La cantidad de recursos del FMI es sumamente adecuada, especialmente después del último aumento de capital que ocurrió a comienzos en 2016.
  • Mito 3: Las líneas de crédito del FMI son muy caras en comparación con otras alternativas, incluyendo otras líneas de crédito.
    • Realidad: Los cambios recientes en la estructura de precios y comisiones han resultado en que las líneas del FMI sean financieramente atractivas. Si se les compara con el costo social asociado de acumular reservas internacionales, estas líneas son un substituto (parcial, por supuesto) menos caro.
  • Mito 4: Cualquier asociación con el FMI, aunque no incluya condicionalidad, implica costos económicos y políticos para los países (factor conocido como “el estigma”).
    • Realidad: la evidencia muestra la ausencia de reacciones de mercado negativas en todos los países que cuentan con acceso a las líneas de crédito del FMI. Más aún, en algunos casos, estas reacciones han sido positivas.

Estas realidades sugieren que la LCF y la LPL tienen la potencialidad de ser utilizados por un número mayor de países del que actualmente acceden a estas líneas. En este contexto, ¿qué países de América Latina, además de Colombia y México, podrían calificar y obtener acceso a las líneas de crédito del FMI? El FMI no publica una lista de países que califiquen ni establece umbrales para variables económicas e institucionales que los países deberían superar. La evaluación de si un país califica o no es individual y confidencial. Sin embargo, el FMI (2014) provee una lista de criterios generales de calificación para ambas líneas de crédito, donde las cinco áreas en las que se dividen los criterios de calificación para la LPL se alinean en términos generales con los criterios identificados para la LCF.

Para cada una de estas áreas, el FMI (2015) propone un rango amplio de indicadores, pero no establece guías para establecer la importancia relativa de estos. Además de estas áreas, el FMI indica que los países deben mostrar un marco institucional sólido. Nuevamente no se indica cuáles específicamente son las variables que demostrarían dicha solidez institucional. Sin embargo, en una revisión de los avances de ambas líneas de crédito, el FMI señala que un buen historial en la utilización de políticas contracíclicas, el control de la corrupción y una gobernanza efectiva podrían contribuir a satisfacer los criterios institucionales.

Esta información, aunque incompleta, y hasta vaga en algunos casos, nos sirve de base para evaluar, a grandes rasgos, que países calificarían para las líneas de crédito del FMI. Para ello, seguimos dos pasos. En el primer paso, eliminamos los países que, por sus características peculiares, son altamente improbables de que obtengan acceso a las líneas de crédito LCF y LPL. Estos países son:

  • Aquellos que calificarían para tener acceso a préstamos concesionales del FMI (o sea, que no tienen acceso a los mercados internacionales de capitales): 73 países;
  • Los que actualmente tienen un programa tradicional con el FMI: 14 países;
  • Los involucrados en conflictos internos críticos: Libia y Siria;
  • Aquellos con serios problemas de disponibilidad y calidad de información: 17 países.

También excluimos países que, aunque no imposible, probablemente no serían candidatos para este tipo de líneas de crédito:

  • Aquellos que tienen deudas pendientes con el FMI;
  • Las economías desarrolladas con calificación de riesgo AA o mayor, a las cuales no les sería atractivo aplicar a las líneas de crédito del FMI dado que cuentan con un excelente e ininterrumpido acceso a los mercados de capitales.

Dadas estas exclusiones, de los 188 países miembros del FMI, 47 países potencialmente podrían calificar a las líneas de crédito en cuestión.

En un segundo paso, construimos un índice de Elegibilidad Potencial compuesto por variables que reflejen los criterios de elegibilidad del FMI; los cuales se pueden agrupar en: (i) fortaleza institucional; (ii) solidez económica y (iii) calidad de información.

Evaluamos fortaleza institucional mediante un subíndice formado por tres variables tomadas de los indicadores de Gobernabilidad del Banco Mundial: (a) Efectividad de las políticas gubernamentales; (b) control de la corrupción y (c) calidad regulatoria. Para evaluar la solidez económica, construimos un subíndice formado por ocho variables que, como muestro en un trabajo anterior, están relacionadas con la capacidad de las economías en vías de desarrollo para enfrentar shocks externos: (a) el ratio de deuda externa sobre PIB; (b) la deuda externa de corto plazo como porcentaje de las reservas internacionales; (c) las calificaciones crediticias de Standard and Poor (S&P) (usamos las calificaciones de Moody’s cuando no hay disponibilidad de las de S&P); (d) el saldo de la cuenta corriente de balanza de pagos como porcentaje del PIB; (e) el ratio de deuda del gobierno a PIB; (f) el balance fiscal como porcentaje del PIB; (g) la desviación estándar de la inflación en un período de 10 años y (h) el ratio de capitalización bancaria.[1] La evaluación sobre la calidad de la información se basa en el criterio único de que, para calificar a las líneas de crédito en cuestión, un país tiene que haberse suscrito a la Norma Especial de Diseminación de Datos (SDDS por sus siglas en inglés) del FMI.

En base a este conjunto de información, construimos índices de Elegibilidad Potencial alternativos, que se diferencian por los diferentes pesos que se otorgan a los subíndices de fortaleza institucional y de solidez económica. La metodología para construir estos índices se encuentra aquí. A continuación un par ejemplos ilustrativos:

Ejemplo 1: Construimos el índice en dos etapas. En la primera, ordenamos a los países de acuerdo al índice de fortaleza institucional y eliminamos a aquellos con una puntuación por debajo del país con menor puntuación en el subíndice institucional que ya tenga acceso una de las dos líneas de crédito del FMI. Ese país es Marruecos, que cuenta con acceso a la línea LPL.

Como se observa, de los posibles candidatos, quedan 32 países (incluyendo a los cuatro países que ya cuentan con una línea de crédito LCF o LPL). En la segunda etapa, le asignamos una puntuación a cada país y ordenamos a los países no eliminados en la primera etapa de acuerdo al índice de solidez económica. Nuevamente utilizamos a Marruecos para establecer el umbral. Como muestra la tabla siguiente, el resultado es que, bajo los supuestos considerados, calificarían por lo menos 27 países.

Lista de países Potencialmente Elegibles para las líneas de crédito LCF y LPL del FMI

(Ejercicio en dos etapas)

El resultado central para América Latina es que muy pocos países calificarían en este ejemplo. En realidad, dado que Colombia y México ya cuentan con acceso a la LCF, solo Chile, Perú y Uruguay calificarían; es decir, los países de la Alianza del Pacífico más Uruguay.

Ejemplo 2: Siendo sumamente conscientes de la sensibilidad de los resultados a cambios en las ponderaciones otorgadas a cada variable, presentamos un segundo ejercicio, en donde simplemente se promedia el valor de los dos subíndices (el institucional y el económico). Es decir, se reduce el ejercicio a una sola etapa. En este ejercicio, el número de países potencialmente elegibles aumenta a 33.

Índice Alternativo de Elegibilidad Potencial

(los subíndices de Fortaleza institucional y solidez económica tienen igual ponderación)

En este ejemplo alternativo, se incrementaría el número de países Latinoamericanos que serían potencialmente elegibles, pues Brasil, Costa Rica, El Salvador y Panamá estaría incluidos.

Independientemente de los resultados específicos, los cuales cambian en función a los supuestos utilizados, un mensaje importante para América Latina es que, bajo una serie de alternativas probables, son muy pocos los países que calificarían para estas líneas de crédito baratas y sin condicionalidades. La confidencialidad en el proceso de aprobación de estos créditos y la ausencia de divulgación por parte del FMI de parámetros específicos que permitan dilucidar con exactitud qué grupo de países que calificarían agrega incertidumbre a este proceso de identificación. Sin embargo, lo cierto es que, en estos y otros ejercicios no presentados aquí, Chile, Perú y Uruguay son robustos en cuanto a su elegibilidad. Dado que el mejor momento para adquirir un seguro es precisamente cuando aún no se necesita utilizarlo ¡el momento para que estos países apliquen a la LCF es ahora!

 

Referencias

Birdsall, Nancy, Liliana Rojas-Suarez y Ana Diofasi, 2017, Expanding Global Liquidity Insurance: Myths and Realities of the IMF’s Precautionary Credit Lines CGD Working Paper 449, Febrero

FMI, 2015, Flexible Credit Line—Operational Guidance Note, Washington DC

FMI, 2014, Review of the Flexible Credit Line, the Precautionary and Liquidity Line and the Rapid Financing Instrument, Washington DC: International Monetary Fund

Rojas-Suarez, Liliana, 2015, Emerging Macroeconomic Resilience to External Shocks: Today vs Pre-Global Crisis, CGD Essay, Febrero

[1] Tanto en el subíndice de fortaleza institucional como en el de solidez económica, todas las variables que forman cada subíndice tienen la misma ponderación. Esto se hace solo con fines de simplificación. Podría argumentarse, por ejemplo, que el FMI atribuye una mayor ponderación implícita a las variables fiscales.

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