La reforma en telecomunicaciones en México: Un mensaje peligroso a los operadores no preponderantes

Actualmente en el mercado mexicano de la telefonía móvil hay tres grandes operadores: Telcel, Movistar y AT&T. Telcel tiene una participación de mercado de más o menos 70%, Movistar de 20%, y AT&T de 10%. Durante muchos años ese alto nivel de concentración implicó precios muy elevados en la telefonía móvil basados en altas tarifas de interconexión. Ante esa situación, se designó a Telcel como Agente Económico Preponderante lo que implica que esa empresa ahora debe ofrecer sus servicios de interconexión completamente gratis a los demás operadores. Los demás operadores, sin embargo, siguen cobrando una tarifa de interconexión a Telcel cada vez que un usuario suyo llama (o manda un mensaje de texto) a un usuario de otra red.

La ley de telecomunicaciones estipula que esa regulación asimétrica seguirá vigente siempre y cuando Telcel tenga una participación de mercado superior a los 50%. Si en el futuro esa participación se reduce por debajo de estos 50%, la ley estipula que el Instituto Federal de Telecomunicaciones  (IFT) –el órgano regulador en México— deberá juzgar si el mercado mexicano de telecomunicaciones se caracteriza por condiciones de “competencia efectiva”.

En caso afirmativo, la ley estipula que todos los operadores móviles dejarán de cobrar por sus servicios de interconexión. Ese régimen en el cuál el precio de la interconexión es igual a cero para todos los operadores se conoce en la literatura bajo el nombre de Bill and Keep (B&K).

En caso negativo, la regulación asimétrica –en la cuál los operadores no preponderantes seguirán cobrando pos sus servicios de interconexión mientras que Telcel seguirá ofreciendo los suyos a un precio igual a cero— seguirá siendo vigente en México. Sin embargo, mucha gente del sector de las telecomunicaciones creen que si los operadores no preponderantes logran –a través de una reducción importante en sus precios— reducir fuertemente la participación de mercado de Telcel, el IFT declarará que sí existen condiciones de competencia efectiva en el mercado de las telecomunicaciones y que, por lo tanto, se instalará un régimen de B&K en México.

Observe que la ley manda el siguiente mensaje peligroso a los operadores no preponderantes: Si Uds. logran reducir la participación de mercado de Telcel por debajo de los 50%, entonces le vamos a “castigar” reduciendo sus tarifas de interconexión a cero. Para ilustrar el peligro mejor, imagina que, en algún punto en el futuro, la participación de mercado de Telcel es reduce hasta los 51%. Los demás operadores entonces ya no quieren poner un precio por debajo del precio de Telcel por miedo de robar algunos usuarios suyos. Anticipando esto, Telcel podría aumentar sus precios… Es incluso posible que Telcel pondrá un precio igual al precio que pondría un monopolista y que los demás operadores lo igualarían… La regulación asimétrica entonces se volverá contraproducente y favorecerá a los operadores –incluyendo a Telcel— y al detrimento de los consumidores.

En la literatura de la organización industrial es bien sabido que los acuerdos colusorios no siempre se respetan. El cartel de la OPEP, por ejemplo, nunca funcionó muy bien ya que siempre hubo países que no quisieron respetar sus cuotas de producción. Cuando algunos países se pusieron de acuerdo para reducir sus niveles de producción, se incentivó a otros a aumentar los suyos (Irán e Iraq no respetaron los acuerdos de ese cartel en los años setenta y Venezuela no los respetó en los años noventa, por ejemplo). Para que un acuerdo colusorio funcione bien, se necesita una fuerte sanción a la empresa que lo rompe. El miedo a la instalación de un régimen de tipo B&K provee ese tipo de sanción.

Hay, sin embargo, una solución fácil para evitar el problema que expuse en los párrafos anteriores: El IFT tiene que instalar un régimen de B&K antes de que la participación de mercado de Telcel se acerque demasiado a la meta fatídica del 50%. De hecho, el IFT ya empezó a bajar de manera agresiva las tarifas de interconexión de los operadores no preponderantes (en México esa tarifa es incluso menor a la que prevalece en muchos países europeos).  Felicito al IFT por haber tomado esa decisión y les sugiero seguir esa tendencia a la baja en las tarifas de interconexión.