El País de Jauja

La economía se basa en la presencia de escasez de “bienes”. Sin escasez, no hay trade-offs, y por tanto, no existiría un costo de oportunidad para cada actividad que realizamos. Hace tiempo, era usual que los libros de texto de economía se refiriesen a la tierra de Jauja para proveer un ejemplo, ficticio, de una sociedad donde la escasez no estaba presente. Pero, ¿dónde se ubica la tierra o el país de Jauja? ¿Había tal abundancia en esas tierras?

Cuenta Umberto Eco, en su formidable libro (el cual se sigue en esta entrada) Historia de las Tierras y los Lugares Legendarios, que en muchas leyendas, el Paraíso terrenal adopta una forma totalmente materialista y es la forma del país de Jauja o Cucaña.

Los griegos hablaban ya de tierras felices como la ciudad de los pájaros de Aristófanes, que abundaba en riqueza y felicidad. Eco, sin embargo, rastrea la aparición de Jauja a la edad media, en un poema del siglo X, Versus de Unibove. La composición más antigua que ha llegado hasta nosotros es un fabliau del siglo XIII, titulado Li Fabliaus de Coquaigne, en el que el autor dice haber viajado como penitencia impuesta por el Papa, y enviado por él, al País de Jauja, donde aparecen todas las maravillas que luego se repiten en distintas versiones de la leyenda. Por ejemplo, Francesco Frugoni, en El Perro de Diógenes (1687), sitúa a la isla de Jauja en el mar del Calducho y cuenta que en ella “… Corren ríos de leche y manan fuentes de moscatel, malvasía y vinos dulces. Los montones de queso y los valles de mascarpone. De los arboles cuelgan marzolinos y mortadelas. Cuando hay tormenta, granizan confites y, cuando llueve, diluvian salsas”.

Si bien la tradición concuerda en señalar la abundancia que existía en el país de Jauja, es imprecisa respecto a su ubicación. Se la ha ubicado, por ejemplo, cerca de Florencia, y un drama religioso alemán la sitúa entre Viena y Praga.

Los libros de texto de economía, aseguraban, igualmente, que nunca podría haber abundancia pues nuestros deseos son ilimitados. ¿Es ello cierto? Esta es una explicación desde el lado de la demanda. Desde el lado de la oferta, asumiendo que esta no es puramente mágica, en tono moralista, Carlo Collodi, en su famosa obra, nos muestra la imagen degradada del país de Jauja.

Nuestros deseos pueden o no ser ilimitados, pero nuestras necesidades no lo son. Epicuro entendió bien esto. Hoy, la terapia racional (o psicología cognitiva) está ayudando a una mayor cantidad de personas a verlo también. Ojala esta tendencia continúe.

Feliz 2015!