Para mi hijo, sus amigos, mis estudiantes y todos los que votan por primera vez en Colombia el próximo domingo

@MelendezMarcela

Este debate pre-electoral es el más visceral que me acuerdo. Nadie está leyendo ni oyendo a nadie que tenga una opinión contraria a lo que ya piensa. En parte porque el tono de la conversación ha sido imposible – la señora que tira la naranja en ese comercial tan cómico, si no fuera tan triste, de la campaña de Oscar Iván Zuluaga resume bien la ira contenida (o no tan contenida) con la que estamos hablando casi todos.

No quiero entrar en ese juego. Tengo miedo del futuro que se definirá el domingo en las urnas. Pero tengo más miedo aún de que, sea cual sea el resultado, salgamos de esta contienda como una sociedad aún más fracturada.

Mi hijo mayor vota por primera vez este año. Quiero dedicarle esta entrada a él, a sus amigos y amigas, a mis alumnos de varias generaciones, gente preocupada y comprometida con el país, y a todos los jóvenes colombianos que este año votan por primera vez. Les ha tocado una contienda sin precedentes. Han visto lo peor y lo mejor de los votantes más veteranos, de los medios y de los políticos. Han tenido nuestra respiración de padres en la nuca, demandando que vean como nosotros, piensen como nosotros, elijan como nosotros. Por favor tomen distancia. Ustedes y las generaciones que vienen son la esperanza de que podamos construir una sociedad en la que no prevalezca la polarización. En la que podamos tener posturas que se defiendan con argumentos y en la que cada individuo sea eso: un individuo que se informa, piensa y escoge. Y no parte de una masa que se suma sin masticar a un ataque o una defensa nacida la mayoría de las veces del prejuicio, y de la ignorancia.

He hecho un esfuerzo de rescatar de entre tanta cosa que se ha dicho en los medios en estos días, las voces que me parecen más sosegadas – las que han intentado aportar trayendo del pasado hechos que debemos recordar o conocer, las que han  alertado acerca de los riesgos implícitos a inclinar la balanza en una u otra dirección, las que surgen de años de investigación y trabajo y las que han buscado rectificar mentiras o defender con argumentos una u otra visión de país. Los invito a oír todas las voces; a no descartarlas antes de preguntarse seriamente cuánto hay de verdad y de razón en cada una de ellas, y a salir a votar masivamente el próximo domingo con la tranquilidad de que su voto sea para llevar a Colombia por la senda que más se acerca o se aleja menos de lo que ustedes sueñan. No voten en la ignorancia.

Aquí les dejo mi selección de las voces de todos los lados que pueden ayudar a un voto más educado – y las que se me hayan escapado, por favor súmenlas abajo (se qué mi lista está cargada en una dirección a pesar de mi intento de objetividad):

Y esta reflexión fantástica de Juan Camilo Cárdenas: “La neuroeconomía del miedo y el odio en esta campaña presidencial” – lo que sabemos sobre cómo funciona nuestro cerebro y cómo podemos usar ese conocimiento para votar mejor.