Diez consideraciones generales con motivo de la salud de la presidenta.

  1. La novedad acerca de la condición física de Cristina Fernández de Kirchner constituye un hecho trascendente que aporta mucha incertidumbre y fragilidad al escenario político nacional. La sucesión de anuncios y partes médicos sobre el estado de salud de la Presidenta, dispara rumores de todo tipo sobre las reales condiciones de salud de la Jefa de Estado y lo prolongada que deberá ser su ausencia. Frente a este escenario, debe imponerse la prudencia a la hora de evaluar los potenciales efectos de este acontecimiento, y trabajar -por ahora- sobre la hipótesis oficial que estima que en 30 días las capacidades de Cristina Kirchner estarán recuperadas a pleno.
  2. En todo caso, el análisis de la situación actual supone al menos tres planos diferentes – aunque íntimamente interrelacionados- que deben ser considerados: a) el institucional, b) el electoral, y c) el político.
  3. En el plano institucional, el tema de la eventual ausencia del Presidente resulta muy claro. El artículo 88 de la Constitución Nacional establece que en caso que la Presidenta se ausentase por enfermedad, el Poder Ejecutivo será ejercido por el Vicepresidente hasta que la Presidenta pudiese reasumir en su cargo o hasta completar su mandato.
  4. Si tanto la Presidenta como el Vicepresidente faltasen, la ley de Acefalía (20.972), promulgada el 21 de julio de 1975 y ligeramente modificada en 2002, establece que el Poder Ejecutivo deberá ser ejercido transitoriamente por el presidente provisional del Senado o de la Cámara de Diputados o de la Corte Suprema de Justicia hasta tanto el titular esté en condiciones de reasumir o, si esto es imposible, hasta que el Congreso, reunido en Asamblea Legislativa, elija a un nuevo mandatario entre los legisladores nacionales y los gobernadores. En ningún escenario, la Constitución o la ley de Acefalía prevé que se convoque a elecciones presidenciales adelantadas.
  5. La última vez que se dio el caso de ausencia de Presidente y Vicepresidente de la Nación fue en 2001. El presidente de la Rúa renunció el día 20 de diciembre y ante la ausencia de Vicepresidente, el Presidente provisional del Senador, Ramón Puerta, asumió el Poder Ejecutivo para convocar 48 hs después a la Asamblea Legislativa. En dicha Asamblea fue electo Adolfo Rodríguez Saá quien gobernó una semana hasta su renuncia, el 30 de diciembre. En ese instante asumió el Presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño, quien convocó nuevamente a la Asamblea Legislativa que terminaría eligiendo a Eduardo Duhalde como presidente interino “en ejercicio del Poder Ejecutivo”.
  6. En el plano electoral, y hasta el anuncio de la dolencia presidencial, las tendencias de opinión pública venían sugiriendo la confirmación de los resultados de las primarias de agosto pasado: una amplia derrota del oficialismo en los principales distritos -sobre todo en la Provincia de Buenos Aires- y un caudal electoral en el conjunto del país cercano al 30%. Estos guarismos eran suficientes para ratificar el estatus de primera minoría en el Congreso y evitar un debilitamiento exagerado e inmediato que pusiera en riesgo la gobernabilidad (como ocurrió en octubre del 2001), sobre todo dada la fragmentación y relativa debilidad de las respectivas fuerzas y dirigentes de oposición.
  7. Especulativamente, la noticia sobre la salud de Cristina Kirchner, siempre que no se agravase, puede tener tres consecuencias electorales: a) nula: en donde no se modifican las tendencias actuales (50%); b) positiva para el FPV (35%), por el efecto empatía (similar al de 2010/2011) y/o el efecto gobernabilidad, donde el electorado busca garantizar un final de ciclo ordenado; c) negativa para el FPV (15%), por la sensación de fragilidad y la mala imagen de Amado Boudou y el equipo presidencial, que tendrían mayor protagonismo. Cuando haya datos actualizados los compartire con los lectores.
  8. Desde las primarias de agosto se venía dando en el plano político una lenta pero efectiva reorganización dentro del peronismo. Se trataba de un triángulo con tres actores, a saber: Cristina Kirchner, convertida en un «lame duck»; Los gobernadores, con Daniel Scioli a la cabeza como principales «stake holders» del PJ; Los intendentes, con Massa a la cabeza de los actores emergentes en la puja por el poder y la captación de recursos simbólicos (la gestión, solucionar los problemas de «la gente») y presupuestarios. En función de cómo avance el cuadro clínico de la Presidenta podremos evaluar la manera en la que se reacomodarán estas piezas dentro de un tablero, en el que las diferentes expresiones del «no peronismo» no logran aún convertirse en vectores relevantes.
  9. La evolución de la salud de la Presidenta no debería alterar este proceso de reconfiguración del poder, sino más bien acelerarlo. Es que el estado de salud de la Presidenta viene a sumar incertidumbre a un gobierno debilitado por los magros resultados en las elecciones primarias, los límites constitucionales a un nuevo intento reeleccionista y la ausencia de un sucesor propio en condiciones de competir exitosamente en 2015.
  10. Frente a este escenario, aumentan las probabilidades de un pacto de gobernabilidad entre el peronismo, encarnado por los gobernadores, y el oficialismo, como forma de blindar al gobierno y asegurar una sucesión ordenada con el peronismo como beneficiario y garante.