La Inflación de ayer y de hoy

Mucho se ha escrito en este blog sobre la inflación. Hemos insistido mucho en que la inflación es siempre y en todas partes un fenómenos monetario (ver aqui ). En esta nota voy a ir un poco mas allá y preguntarme porque es que el banco central emite dinero para entender las diferencias entre la inflación de ayer (lease 2003-2011) y la de hoy.

La era Kirchnerista de 2003 a 2011 estuvo caracterizada por un rápido crecimiento económico acompañado de superávits fiscales. La economía en 2003 tenía una gran capacidad ociosa y una moneda muy depreciada (precios en dólares de los bienes domésticos muy bajos – ver aquí acerca de la relación entre el tipo de cambio real y la demanda agregada y ver aquí sobre el crecimiento 2003-20011). La recuperación económica de la crisis de 2002 involucraba una apreciación paulatina del valor real del peso. Esta apreciación del peso, que es una consecuencia directa del crecimiento de la demanda post-crisis, independiente de la política monetaria, fue implementada manteniendo un régimen de tipo de cambio fijo (o cuasi fijo) en el cual el Banco Central compraba dólares para evitar la apreciación nominal del peso. De esta manera el BCRA expandió su hoja de balance aumentando sus pasivos monetarios por un lado y sus reservas internacionales por el otro. El Banco Central emitía dinero para comprar reservas y el tipo de cambio real se apreciaba porque la inflación excedía la tasa de depreciación del peso. Al igual que el tipo de cambio real, los salarios reales en este contexto económico estaban creciendo y la inflación no era un tema que preocupara a la gran mayoría del electorado. De hecho en 2011, con una inflación del 23.5% (según índices provinciales), Cristina Fernández de Kirchner arrasó en las elecciones presidenciales.

La situación hoy es muy distinta. Por el lado de la oferta, la economía no tiene mas espacio para crecer a las tasas pre 2011 como explique hace un año aquí. El ingreso per cápita de la Argentina como proporción del ingreso per cápita de EEUU está cerca de su pico de los años noventa y la teoría económica dice que debería caer. Esto implica que el crecimiento de la economía americana (aproximadamente un 2% per cápita) le pone un techo la crecimiento posible de la economía Argentina. De hecho yo esperaría un crecimiento inferior por la falta de inversión (reflejada en la crisis energética, el inadecuado transporte público, la red de comunicaciones digitales y celulares obsoleta, etc.) y las crecientes ineficiencias impuestas por un régimen errático en el comercio exterior. Esto implica que no podemos esperar una inflación acompañada de crecimiento económico y salarios reales crecientes. El crecimiento económico a tasas chinas de 2002-2011 ya no existe.

La inflación hoy es de una naturaleza muy distinta a la que imperaba hasta hace unos pocos años. El motor principal de la emisión de dinero por parte del banco central hoy en día es la financiación del déficit fiscal. Es decir, la inflación es un mecanismo para redistribuir ingresos, transfiriendo recursos de la gente en poder de pesos que se deprecian a los beneficiarios del gasto público.

Como la inflación ya no se da en un contexto de crecimiento hay mucha menos tolerancia en la sociedad hacia la misma.