Transferencias condicionadas: llegó el momento de exigir más?

La implementación de programas de transferencias condicionadas ha venido en aumento en los países en vía de desarrollo. Más de 30 países han introducido algún tipo de estos programas en los últimos 15 años buscando reducir sus índices de pobreza y aumentar los de capital humano. Respecto a este último objetivo, en general, las evalauciones de impacto muestran resultados positivos en los niveles de asistencia escolar. La magnitud de este efecto obviamente varía dependiendo de las características de los niños, sus familias y sus lugares de residencia.  

Este resultado positivo no es sorprendente ya que dentro de las condiciones que exigen los programas para que las familias reciban el dinero esta precisamente la asistencia escolar de los menores. Aunque estos resultados alientan su implementación, vale la pena ir un paso más allá y preguntarnos los efectos de estos programas en aspectos como el número total de años de educación efectivamente alcanzados por los beneficiarios y la calidad de la educación que ellos obtienen. Estos dos indicadores son importantes ya que son los que finalmente influirán en los futuros ingresos laborales de esta población y permitirán o no reducir los índices de pobreza e inequidad en nuestros países. En particular, diversos estudios han encontrado que un año adicional de educación incrementa los ingresos laborales en países en vía de desarrollo en cerca de un 10%. El impacto de la calidad de la educación recibida es aún mayor. Se estima que incrementos en una desviación estándar de pruebas cognitivas estandarizadas aumentan los ingresos laborales entre un 12% y un 40% en promedio en países en vía de desarrollo (por ejemplo ver Hanushek y Woessmann, 2007).

A pesar del potencial de estas variables en futuras reducciones de pobreza e inequidad, la evidencia respecto al impacto de los programas de transferencias condicionas en estos dos indicadores es escasa y mixta. Para el caso de años escolares alcanzados por los beneficiarios únicamente México cuenta con evaluaciones de largo plazo. Estudios como los de Behrman et al. (2005), Behrman and Parker (2008) y Freije and Rodriguez (2008) han encontrado en general efectos positivos aunque pequeños. Para el caso de la calidad educativa, cuyo impacto como vimos puede ser incluso mayor, la evidencia es menos positiva. Para México, diversos estudios no han encontrado ningún impacto (Behrman et al., 2000, Behrman et al., 2005 and Behrman and Parker, 2008) y para Colombia los impactos han sido nulos o incluso negativos (García and Hill 2009; Baez y Camacho, 2011).

Como sabemos, para América Latina las tasas de cobertura bruta en educación básica llegan a cerca del 100%. De manera similar, muchos países han introducido la gratuidad en la educación pública implicando que las familias en teoría no deben pagar ningún valor para que sus hijos asistan a la escuela. Estos hechos, unido a los bajos impactos que han mostrado las transferencias condicionadas en los indicadores arriba mencionados ponen en evidencia la necesidad de comenzar a exigir un poco más a los beneficiarios. Considero que llegó la hora en donde no solo condicionemos a los menores a asistir a la escuela para poder recibir estos subsidios, sino además les exijamos buenos resultados académicos que pueden ser tan sencillos como aprobar el año. Así, transformaríamos la condicionalidad en un tipo de beca que dependa de resultados y esfuerzo adicional de los menores. Evidencia de programas similares han demostrado que este tipo de incentivos generan grandes impactos positivos tanto en el corto y largo plazo. Por ejemplo, para el caso de Colombia está documentado el éxito del programa PACES el cual consistía en un voucher exclusivo para estudiantes de muy bajos recursos con la exigencia mínima de aprobar el año académico para mantener el subsidio. Los impactos, al contrario de los encontrados con los programas de transferencias condicionadas (al menos en el formato aplicado en Colombia), son positivos en términos de años de educación alcanzados, calidad de la educación recibida y recientemente se han encontrado incluso impactos positivos en el mercado laboral (Angrist et al., 2002, Angrist et al., 2006 y Saavedra et al., 2012).

Pequeñas reformas como la acá sugerida permitiría que los programas de transferencias condicionadas, que se han vuelto permanentes en muchos de nuestros países, puedan llegar a tener impactos duraderos y efectivos en el largo plazo que reduzcan la pobreza y desigualdad y que no sean meramente programas asistencialistas de corto plazo.

 

Bibliografía

Angrist, J., Bettinger, E., Bloom, E., King, E. y Kremer, M. (2002). «Vouchers for Private Schooling in Colombia: Evidence from a Randomized Natural Experiment». American Economic Review, Vol. 92, No. 5, 1535-1558.

Angrist, J., Bettinger, E. y Kremer, M., (2006). «Long-Term Educational Consequences of Secondary School Vouchers: Evidence from Administrative Records in Colombia». American Economic Review, Vol. 96, No. 3, 847-862.

Behrman, Jere R., S. W. Parker, and P. E. Todd. 2005. “Long-Term Impacts of the Oportunidades Conditional Cash Transfer Program on Rural Youth in Mexico.” Discussion Paper 122. Göttingen, Germany: Ibero-America Institute for Economic Research.

Behrman, J. and S. Parker. 2008. “Following Young Adults Who Benefited from Oportunidades for Nearly a Decade: Impact of the Program on Rural Education and Achievement”. Ten Years of Intervention. External Evaluation of Oportunidades 2008 in Rural Areas (1997-2007) Vol 1. Secreta-ria de Desarollo Social, Mexico. 

Behrman, J. R., P. Sengupta, and P. Todd. 2000. “The Impact of PROGRESA on Achievement Test Scores in the First Year.” Final Report. Washington, DC: IFPRI.

Camacho, A. and J. Baez (2011) “Assessing the Long-Term Effects of Conditional Cash Transfers on Human Capital: Evidence from Colombia” World Bank Policy Research Working Paper 5681.

García, S. and J. Hill. 2009. “The Impact of Conditional Cash Transfers on Children’s School Achievement: Evidence from Colombia.” Universidad de los Andes, CEDE Working Paper Series.

Hanushek, Eric A. and Woessmann, Ludger, The Role of Education Quality for Economic Growth (February 1, 2007). World Bank Policy Research Working Paper No. 4122.

Saavedra, J.E., E. Bettinger, M. Kremer y M. Kugler (2012) “Collegiate and Labor Market effects of Vouchers for Private schooling in Colombia”, RAND Mimeo.