Mitos Argentinos sobre la Industrialización

Tal vez por las inmortales escenas de Tiempos Modernos o porque la revolución industrial tiene mucha más prensa que la agrícola, lo cierto es que el sector industrial tiene una mística especial. Por lo menos en nuestras tierras. Hay frases comunes que se repiten y que forman parte del saber  popular, como, por ejemplo, “Sin una industria fuerte, no hay país serio”.

Tampoco falta aquel que, para reconfirmar el signo de la infame década de los 90’, agrega: “Es que Menem destruyo la industria nacional”. Casi como quien mata la gallina de los huevos de oro.  Antes de continuar, debo hacer una aclaración. Yo no creo que la década de los 90’ haya sido infame. Hubo errores, y hubo aciertos. Pero este no es el tema que me ocupa hoy.

Lo que no es discutible, es que esta segunda frase, por más popular que sea, es falsa.

En el siguiente Grafico, se pude ver el cociente de la producción total de la industria manufacturera de la Argentina, sobre la producción total del país, expresado como porcentaje, desde 1980 al 2010.

Todos los datos son del INDEC. Hay dos curvas y tres colores. La curva roja, que arranca en 1993, está basada en las cuentas nacionales revisadas, mejores que las que se venían realizando hasta la fecha. La serie azul, es la que está basada en la forma vieja de hacer cuentas nacionales. Hasta el 2005, el INDEC siguió haciendo las cuentas con la metodología vieja, pero la discontinuo a partir de entonces (por lo menos, nosotros no la pudimos encontrar). Finalmente, la verde corresponde a un empalme muy simple, que consiste en hacer de cuenta que la evolución de la azul, a partir del 2005, es como la roja, pero restándole la diferencia que existió en el 2005. Con esta construcción, voy a tomar la serie azul más la verde, como el indicador relevante.

La primera característica que resalta de la serie es que la década del 90 no tuvo nada especial. Hay una suave tendencia decreciente, arrancado en valores cercanos al 19% del producto en 1980, llegando a valores cercanos al 14% en el 2010. No se observa ninguna “destrucción” en los 90 y ninguna recuperación fuerte en los últimos 10 años. Si existe una reducción cíclica en los años de recesiones, como el 89-90, el 95 y fundamentalmente el 2000-2002.  Pero si uno hubiera usado el tendencia entre 1980 y 1990 para predecir el comportamiento entre 1990 y el 2010, el resultado habría sido bastante bueno.

Estos datos no ajustan bien por precios relativos, y la devaluación de 2003 redujo considerablemente el valor del sector servicios. Aun sin hacer estos ajustes, los números son claros. No es cierto que la convertibilidad mato a la industria nacional. Eso no quiere decir que no hay industriales a los que les haya ido mal. Lo que quiere decir es que al sector, en su conjunto, no le fue mal. En particular, el valor en el 2010 es igual al de los más bajos de todos los años del a convertibilidad.

Y esto me permite concentrarme en el primer mito. Se puede construir un país sin una industria seria? Todo depende de lo que quiera decir “industria seria”.  En un sentido, estoy de acuerdo con la frase, no se puede ser serio sin una industria seria, pero tampoco se puede ser serio sin educación seria, sin servicios serios, sin política económica seria. Por lo tanto, voy a ponerle más contenido a la pregunta: la caída de la importancia del sector manufacturero en Argentina, observada en la Figura 1, implica que no podemos ser un país serio? O en términos más generales, se puede ser un país serio si el sector manufacturero representa una proporción decreciente del producto?

Para contestar a la pregunta, voy a referirme a un interesante trabajo de Paco Buera y Joe Kaboski, que salió publicado este año en el Journal of Economic Theory. (http://www.econ.ucla.edu/fjbuera/papers/BKIIfinal.pdf)

En este trabajo, Paco y Joe desarrollan un modelo que explica el comportamiento habitual del sector manufacturero en economías que crecen. Y lo que dicen los datos, esta sintetizado en el Grafico 2,  presentado a continuación.

El grafico muéstrala relación entre el nivel de ingreso por habitante (en el eje horizontal, en escala logarítmica) y el porcentaje del sector manufacturero sobre el producto (eje vertical). Cada punto corresponde a una década en un país determinado y la muestra es de un montón de países (por detalles, vean el paper). Paco tuvo  la amabilidad de reproducir el grafico pero destacando en negro los puntos correspondientes la Argentina.  Gracias Paco.

El primer mensaje del grafico es contundente: cuando las economías pobres crecen, el sector manufacturero aumenta su participación en el producto. Pero llega un momento, cuando el ingreso por habitante es suficientemente alto, que el sector manufacturero pierde importancia relativa. El segundo, también lo es: la Argentina no es una excepción y, dado su ingreso por habitante, es razonable esperar que el sector manufacturero pierda importancia relativa en nuestra economía, tal como el grafico 1 indica.

Si tomamos la teoría de Paco y de Joe en serio (y yo al tomo en serio) no hay motivo para preocuparnos por los datos del Grafico 1. Queremos industria seria. Queremos industriales serios. Pero no confundamos seriedad con tamaño.