¿Cuál chorreo? Los Pobres en Estados Unidos ganan lo mismo que hace 40 años

Para los latinoamericanos es natural mirar a Estados Unidos como el próximo paso a seguir, pero la realidad  no es la misma que la de los cuentos de hadas. Por ejemplo, este mes  supimos que es Estados Unidos el porcentaje de pobreza aumentó a 15,1%. Al mismo tiempo, también vimos que el  ingreso de un hogar de clase media cayó en un par de puntos.  Esto no sólo es un balde de agua fría para los políticos que buscan su reelección en la Casa Blanca, sino también un drama social en una  economía que está bastante peor preparada para redistribuir que varias sociedades Europeas.

Algunos defensores plantean que en Estados Unidos se redistribuye menos que en Europa porque habría más movilidad social, apelando a la narrativa de la tierra de oportunidades. Desafortunadamente, cuando reputados economistas han intentado buscar esa mayor movilidad en los datos, se dan cuenta de que es casi milimétrica, y que no parece justificar las diferencias en la generosidad del Estado con respecto a países exitosos y solventes en Europa (ver Alesina y Glaeser, 2004).

Parte de la diferencia puede estar en la percepción que la sociedad tiene de los pobres. Según varias encuestas de valores y opiniones, la gente de la calle en Estados Unidos es mucho más propensa a estar de acuerdo con la idea de que “los pobres son flojos”. En cambio en Europa la gente está más de acuerdo con la idea de que “los pobres tienen mala suerte”.  Los mismos autores argumentan que la diversidad racial en Estados Unidos puede ser una buena excusa para no redistribuir, puesto que los pobres tienden a pertenecer a otra raza que los ricos.

Más allá de la redistribución del Estado, la verdad es que en “la tierra de las oportunidades” hay uno de los mejores ambientes de negocios del mundo y una de los mejores ecosistemas para hacer innovación. No en vano los exitosos pueden desarrollar todo su potencial, como en casi ningún lugar del mundo.  Pero no todo es sonrisas, porque los que no fueron a la universidad ganan cada vez menos que los que si obtuvieron un cartón, una tendencia que se ha ido acentuando en las últimas décadas. Esta brecha tiene implicancias enormes sobre la distribución del ingreso autónomo de las familias.

Para hacerse una idea, imagina que cada año se ordenara a 100 familias de Estados Unidos en una fila, de la más pobre a la más rica. El grafico de abajo muestra cómo ha cambiado el ingreso en distintos lugares de la fila según los datos de la oficina del Censo de EEUU.

En el extremo de abajo, los pobres parecen no haber mejorado nada su ingreso.  De hecho la familia número 20 de la fila, o sea la veinteava más pobre,  aparece plana en su ingreso por los últimos 40 años.  Si se fijan, desde 1970 prácticamente no ha tenido cambios en su ingreso, y eso que el grafico está en una  escala muy benevolente al inflar visualmente el ingreso de los menos afortunados. Este estancamiento del ingreso de  los más pobres es muy distinto a Chile, donde el quintil más pobre sí ha subido sus ingresos en las últimas décadas.

La clase media de Estados Unidos, puntualmente golpeada por la crisis actual, tampoco ha aumentado mucho sus ingresos en las últimas 4 décadas. Cómo se ve en el gráfico, las familias ubicadas en el lugar 40 y 60 en la fila  también se ven relativamente planas, con una clara dicotomía entre antes y después de los 1970s

¿Y quien se llevó las últimas décadas de crecimiento sostenido de Estados Unidos? Bueno, gran parte del crecimiento promedio se lo lleva el ingreso de los más ricos. Esto es más claro cuando uno mira la familia en el lugar 95 de la fila, la cual casi no ha parado de crecer en su ingreso.  Más aún, parece no haber quiebre en los 1970s, a diferencia del los grupos menos pudientes donde su ingreso se desaceleró en los 70s. En resumen, Estados Unidos se ha venido transformando en algo no muy distinto al Futbol profesional  o la Industria de la Música, donde los con más talento y oportunidades se llenan de éxito y plata, mientras para los otros la realidad es mucho más dura.

¿Y qué nos queda a nosotros? Creo que para los latinoamericanos, vale la pena darle una y otra vez una mirada a estos datos, para así  desmitificar algunas ideas sobre Estados Unidos. Si bien es una tierra donde hasta ahora casi nunca faltó trabajo, los cambios tecnológicos y la limitada redistribución han polarizado los ingresos.  En esta época de “adolescencia” de nuestros países, donde estamos buscando modelos a seguir, acá tenemos los resultados de las últimas décadas de Estados Unidos  ¿Nos gusta?